LA FIESTA INOLVIDABLE
(The Party)
Jueves 3 de
noviembre
1968
/ Estados Unidos
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Duración: |
99 minutos, hablada en inglés
con subtítulos en castellano. |
Dirección: |
Blake Edwards. |
Guión: |
Tom Waldman. |
Fotografía: |
Lucien Ballard. |
Música: |
Henry Mancini. |
Intérpretes: |
Peter Sellers, Marge Champion,
Natalia Borisova y Jean Carson. |
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EL NOMBRE DE UN MAESTRO
Durante
muchos años siempre esperábamos con ansias el nuevo
estreno de Blake Edwards, un director que ha tocado casi todos
los géneros aunque su fuerte ha sido la comedia, la alta
comedia.
En 1963 filmó la película que mayor popularidad le
ha reportado: naturalmente me refiero a La pantera rosa. El protagonista
era El Fantasma, Sir Charles Lytton, interpretado por David Niven;
pero por el posterior desarrollo de la serie, o tal vez por lo llamativo
del personaje, quien ha perdurado para la posteridad es Peter Sellers
y su patético y entrañable Inspector Clouseau. De todas
formas esta circunstancia no debe alejarnos de lo que es La pantera
rosa, el reflejo y retrato de la high society –ambiente habitual
del cine de Edwards–, del comportamiento femenino y por supuesto
del humor más absurdo que uno pueda imaginar. Realmente es
una película deliciosa. Sin casi tiempo de por medio, Edwards
decidió filmar una continuación donde únicamente
Peter Sellers permaneció con respecto al reparto anterior.
1968 es otro año importante en la carrera de Edwards: es el
año de La fiesta inolvidable, donde su concepto de fiesta
adquiere la dimensión definitiva en su obra. De nuevo con
Peter Sellers, vemos a un extra que será invitado por error
a una fiesta de Hollywood con el resultado que pueden imaginar: desastre
absoluto. Peter Sellers logra que en algún momento nuestra
memoria nos retrotraiga a figuras como Buster Keaton o Harold Lloyd.
Posiblemente lo que más recordemos todos de esta delirante
y maravillosa película es la secuencia de la piscina cuando
Sellers provoca un baño masivo entre miles de pompas de jabón
con elefante incluido (recuérdese la secuencia de las plumas
en Desayuno con diamantes).
Lo que perdura y subyace es la crítica de Edwards a una generación
y a un modo de vida cínico e hipócrita que necesita
un profundo lavado, trasmitiendo quizá el mensaje de la existencia
de ciertos valores puros que debemos preservar. Todo ello sin obviar
en ningún momento la narrativa, la puesta en escena y la mirada
de cuento de hadas que destilan sus comedias.
Carlos Infante |