EL CARTERO
(Il postino)
Jueves 10 de
agosto
1995/
Italia, Estados Unidos
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Duración: |
108 minutos |
Dirección: |
Michael Radford |
Guión: |
Michael Radford, Massimo Troisi,
Anna Pavignano, Furio Scarpelli, Giacomo Scarpelli (Novela: Antonio
Skármeta) |
Fotografía: |
Franco di Giacomo |
Música: |
Luis Enríquez Bacalov |
Intérpretes: |
Philippe Noiret, Massimo Troisi,
María Grazia Cucinotta, Linda Moretti, Renato Scarpa, Anna
Bonaiuto, Mariano Rigillox |
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LA PELICULA
Parte
de la magia del cine es que un buen actor puede permitirnos conocer
de cerca a nuestro más admirado héroe. Pablo Neruda
es el héroe de muchos y pese a que “Il Postino” no
es realmente una biografía del poeta chileno, nos muestra
la pasión que este hombre tenia por las palabras, y la inspiración
que dicha pasión despertaba en otros.
Máximo Troisi (quien co-escribió el guión del
filme y tristemente falleció al poco tiempo del estreno) es
Mario, un cartero de un pequeño pueblo en Italia. El mismo
lugar que Pablo Neruda ha elegido para vivir mientras Chile es azotado
por conflictos políticos y sociales. Todos en el pueblo saben
de Neruda, pocos le conocen. Mario, tímida y progresivamente
se acerca al famoso poeta durante sus entregas esporádicas
de correspondencia.
En un principio Mario lo que desea es atender su curiosidad sobre
el ilustre visitante. Pero luego, al enamorarse perdidamente de Beatrice
-una joven y hermosa mesera del pueblo-, busca desesperadamente a
Neruda como su mentor en la poesía. El cartero decide que
los versos son la única forma de conquistar a su amada.
Mario es un neófito de la poesía pero su sencillez
está llena de franqueza y curiosidad. Además su amor,
aunque no correspondido, es verdadero. Quiere que Neruda escriba
una poesía dirigida a Beatrice, y utilizar las palabras del
chileno para enamorarla (“¡pero si ni siquiera la conozco!” –contesta
horrorizado Don Pablo-).
La dirección de Michael Radford (quien acaba de dirigir al
formidable Al Pacino en “El Mercader de Venecia” de próximo
estreno) es excelente. Radford sabe que su protagonista principal
no es Neruda sino Mario, y en él concentra la narrativa. Sin
embargo, lo que hace realmente funcionar a esta película tan
eficazmente es el diálogo. El cartero con sus palabras representa
a todos quienes carecemos de la genialidad de Neruda pero admiramos
sus poemas. A todos quienes mientras nuestra vida avanza, vemos a
la poesía como algo cada día más verdadero y
cercano. Los interrogantes de Mario son ingenuos pero profundos y
las respuestas de Neruda sabias pero sencillas.
La interpretación del actor francés Philippe Noiret
como Pablo Neruda es brillante. El Neruda de Noiret es en extremo
convincente. No sólo en el parecido físico sino también
en sus modos, en su porte. Los hechos que muestra el filme son ficticios
(tienen como base la novela “Burning Patience” de Antonio
Skarmeta) pero audazmente nos atrevemos a apostar que el verdadero
Neruda habría reaccionado en forma similar en circunstancias
parecidas.
La amistad entre Mario y “Don Pablo” crece, al igual
que la poesía del primero. Neruda le muestra a Mario el poder
de las metáforas. Como, el sol, el mar y la luna, tienen la
virtud de expresar sentimientos inexpresables. Como, a veces, en
la naturaleza están dibujadas nuestras íntimas sensaciones.
Y como, gracias a esto, todos podemos ser grandes poetas.
Otro punto alto del filme es la escenografía. La belleza de
la región anónima de Italia donde se desarrolla el
filme es, sola, una admirable poesía. Los diálogos
entre Neruda y Mario se dan entre playa, mar, cimas y cielo.
Esta es una película llena de alma. No es la historia en si
lo que nos mantiene realmente interesados en el filme, sino la fascinación
de Mario por el poder de las palabras y la sinceridad de sus apreciaciones.
Al final, tal vez dándole razón a Neruda, es del sencillo
vocabulario de un humilde cartero que brotan las más sublimes
frases.
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