Clarín – Suplemento Zona, 12.08.01
Ajuste de cinturón para el Estado

El ajuste permanente es resultado del colapso de la economía y de la inconsistencia que existe entre el sistema económico y el discurso político. Si se compatibilizaran en torno al sistema capitalista de mercado, retornaría la inversión y bajaría la prima de riesgo. La deuda argentina es perfectamente pagable a una tasa de interés del 8 por ciento anual si la economía funciona. Eso requiere una prima de riesgo país de 300 puntos básicos similar a la alcanzada en el lapso comprendido entre el tequila y la crisis de Rusia.

Se reactiva con credibilidad y confianza. No hacen falta soluciones drásticas ni políticas discrecionales activas. Reglas claras e iguales para todos. Recomiendo un ajuste fiscal a lo largo de la "economía de la oferta" en el que se reduzcan impuestos y gastos públicos políticos y subsidios que no estén directamente asociados con la pobreza, la salud, la seguridad y la educación básica. Racionalización de la administración pública a través de la eliminación de todos los cargos políticos innecesarios y revisión de los gastos en subsidios de exportación, (incluyendo a los puertos patagónicos), los del Fondo del Tabaco, de la Biblioteca del Congreso, de los bancos estatales, de los subsidios al cine, teatro, recitales de música, Teatro Colón. Es fundamental reforzar pilares básicos del gasto social tales como la educación básica, los hospitales públicos y la seguridad. Es también importante desregular completamente el mercado laboral y eliminar de cuajo todo tipo de impuesto al empleo.

Respecto de la macroeconomía recomiendo cimentar nuestra alianza con el mundo capitalista a través del fortalecimiento de la Convertibilidad (versión de la Caja de Conversión de 1991 que funcionó bien hasta que fue modificada en 2001). Para esto es necesario llegar a un acuerdo monetario con EE.UU. y abrir la economía a nuevos negocios que nos transforme en socios plenos del NAFTA. Inmediatamente derogaría la Ley de Convertibilidad Ampliada que introduce al Euro en la canasta de monedas. Mantendría el principio de Déficit Cero a través de una prohibición legal al nuevo endeudamiento estatal. Aunque considero que la disminución horizontal de gastos —en caso de haber faltante de ingresos— atenta contra una administración eficiente y equitativa del Estado. Frente a una crisis transitoria no es lo mismo disminuir las jubilaciones o sueldos de los policías que disminuir el gasto en una obra pública o en el Teatro Colón.

 

Carlos Rodríguez es profesor del CEMA (Centro de Estudios Macroeconómicos).