La
democracia debiera facilitar un ambiente propicio a la movilidad social ascendente
de los habitantes, de manera que las familias de bajos ingresos pueden progresar
económicamente como fruto de su esfuerzo. La educación es uno de los pilares de esa movilidad social. El otro es el desarrollo económico,
que unido a los grandes cambios de la economía crean oportunidades de negocios
susceptibles de ser aprovechadas a través de la iniciación de proyectos de
inversión.
Cuando se detectan y aprovechan estas nuevas oportunidades,
se realimenta el crecimiento de la economía en un círculo virtuoso. El hecho
de movilidad social se obtiene cuando los agentes impulsores son familias
limitadas en sus recursos, que complementan su trabajo con capital ajeno;
su
limitación principal se origina en la falta de capital, por lo que requieren
de financiamiento, instrumento escaso en una economía con restricciones al
crédito.
Crédito, el trampolín
En consecuencia
si los miembros de la comunidad no se encuentran en igualdad de condiciones
para aprovechar con su trabajo las oportunidades de negocios que les permitan
cierta movilidad social, entonces las posibilidades que les brinda la economía para progresar en su situación económica a través del propio esfuerzo son limitadas(reducidas en muchos casos a actividades delictivas o a través de la política).
Un contexto económico con restricciones de crédito tiende a beneficiar a
los ya poseedores de capital, que pueden aprovechar mejor las oportunidades
de negocios creadas a partir del cambio de precios relativos de nuestra economía,
acentuando el ya grave carácter regresivo de distribución del ingreso, debido
a que el poseedor de capital se encuentra en mejor situación relativa para explotar las inversiones mientras que quien no lo posee se encuentra dificultado de aprovechar su iniciativa.
El mercado de crédito actúa en este caso de manera imperfecta al no conectar
eficientemente ahorro con inversión. La solución de este problema no pasa
obviamente por una redistribución coercitiva y expropiatoria del capital
porque después de un cierto período el problema surgiría nuevamente e irresoluto
(el respeto a los derechos de propiedad es una premisa básica para la existencia
del crédito). El gran desafío es, por lo contrario, facilitar las condiciones de acceso al mercado del crédito, logrando igualdad de condiciones en el acceso voluntario al capital, de manera que el crédito sea dirigido de mutuo acuerdo entre las partes a quien se encuentra en mejor posición de explotarlo.
En esta tarea no se puede asumir que el mercado (en este caso de crédito
para inversión) naturalmente existe; Douglas North fue premiado con el Nobel
justamente por desafiar en el análisis económico el supuesto que los mercados
existen, respecto del concepto que los mismos deben ser desarrollados a partir
de instituciones (donde si estas fallan los mercados se derrumban o funcionan
de manera ineficiente). La clase burguesa surge cuando los medios de producción
se masifican, y el crédito y el capital se encuentra disponible en el mercado
para ser utilizado por emprendedores con ideas claras de explotación de negocios.
Si no se desarrolla el mercado de crédito para inversión, los beneficios
del crecimiento económico no se repartirán progresivamente entre los actores
de la economía. En este desarrollo, cabe tener en cuenta las siguientes consideraciones.
En mercado de crédito para inversión, el sistema bancario transaccional,
por la naturaleza de su negocio y del tipo de ahorros que capta (principalmente
de corto plazo a través de cuentas corrientes, cajas de ahorro y plazos fijos),
no está estructuralmente posibilitado para brindar financiamiento de mediano y largo plazo.
El crédito originado en estos depósitos es dirigido principalmente a financiar
consumo a través de descubiertos de cuentas y tarjetas de crédito; y es ineficiente
su uso en actividades de inversión, generalmente crédito de mediano y largo
plazo, dado que existe un descalce en los plazos, que hace vulnerable al
sistema frente a crisis de confianza. En general en economías mas desarrolladas
esta función es satisfecha por el mercado de capitales que adicionalmente
brinda oportunidades de diversificación de los ahorros a los ciudadanos (distinta
hubiese sido la historia del congelamiento de los depósitos si gran parte
de los ahorros de la clase media se hubiese encontrada diversificada en instrumentos
diferentes al plazo fijo, con el beneficio extra que resta presión de demanda
sobre el dólar como depósito de valor), ocupándose de conectar el ahorro
de capital con la necesidad de inversión del que quiere explotar negocios.
En este análisis, la generación de ahorro interno cumple también
un papel extremadamente importante. La insuficiencia del mismo hace a la
economía extremadamente vulnerable a cambios en los escenarios económicos
y en las variables financieras internacionales, ya que gran parte de la inversión y el consumo son financiados con ahorros externos.
Frente a un escenario de retracción internacional de capitales, unido a una
situación comprometida de default internacional, el ahorro externo se hace
escaso, haciendo necesario su reemplazo por la construcción de ahorro interno.
Si consideramos que a nivel internacional también puede existir racionamiento
del crédito, observamos que dicha situación privilegia las economías que
cuentan con generación interna de fondos. En su momento la constitución del
sistema de jubilaciones y pensiones privadas fue un acierto en este sentido,
mal utilizado al continuar financiando excesos del gasto de gobierno a través
de compra de títulos públicos (asignando recursos de la misma que cuando
existía el sistema de reparto) y dificultando la diversificación internacional
de esos ahorros.
La falta de ahorro
El problema del crédito
y de la falta de ahorro en nuestro país tiene larga data, y ha sido la reacción
natural a expropiaciones y licuaciones de valor de activos como consecuencia
de malos manejos y conductas oportunísticas de diferentes gobiernos. La reversión de este fenómeno comienza por la generación de ahorro por parte del Gobierno
(el déficit del gobierno absorbe ahorros de la economía, agravando los problemas
de acceso al capital en situaciones de restricción de crédito) lo que incentiva
conductas de ahorro por parte de la población al contar con escenarios económicos
de mayor certidumbre, complementado a través de una política activa de educación
y difusión de la virtudes del ahorro, sobre todo en escuela y universidades.
El nivel de ahorro interno se ha encontrado en promedios históricos de 10/11%
del PBI. La economía estadounidense, por ejemplo, ahorra poco también, pero
en su mercado de capitales recibe ahorros del resto del mundo. En nuestro
caso un objetivo razonable de mediano plazo sería llevar el nivel de ahorro agregado a alrededor del 20% del PBI.
El desarrollo de mercado de crédito para inversión es una tarea necesidad
en nuestra economía, sobretodo frente a la tarea de reconstruir la clase
media. La movilidad social ascendente de los habitantes en la comunidad se
hace mas dinámica cuando pueden complementar sus habilidades con capital
ajeno, encontrando y explotando inversiones rentables y compartiendo la riqueza
creada, revirtiendo de esta manera el fenómeno observado de distribución
regresiva del ingreso en la población. De esta manera se contribuye a un
crecimiento económico mas equitativo cuyos beneficios son distribuidos por
toda la economía.
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