La crisis económica
argentina terminó de profundizar la difícil situación que atraviesa el
mercado de capitales local. Según José Pablo Dapena, economista de CEMA,
el mercado accionario es clave dentro del proceso de canalización de
inversiones hacia la economía, y su recuperación debe ser una prioridad
para lograr el tan ansiado crecimiento. En un contexto de absoluta
desconfianza en los bancos, la Bolsa no sólo puede constituirse en una
alternativa para los ahorros de la gente, sino también dar una excelente
cobertura para los ahorristas frente a la amenaza de inflación.
-¿Qué función puede cumplir la bolsa dentro del sistema financiero
actual?
-Las pocas oportunidades de ahorro que tenían las personas han sido
eliminadas. Por un lado, se necesita un mercado de capitales que pueda
replicar al sector bancario. Debiera ser prioridad número uno para el
ciudadano común poder acceder al mercado accionario. Hay que facilitarle
las cosas al inversor pequeño para que, en lugar de tener 30.000 dólares
en un plazo fijo, tenga 20.000 y el resto en acciones. Por otro lado, la
bolsa es hoy la única alternativa para canalizar el ahorro. Hay 60.000
millones de pesos atrapados en el corralito que bien podrían volcarse
dentro del proceso productivo a través de la compra de acciones.
-¿Qué problemas tiene hoy el mercado bursátil?
-Es ineficiente y costoso. Es caro para las empresas que quieren
cotizar y también para los corredores. Operar en la bolsa argentina es
tres veces más caro que en la de San Pablo. En los últimos años cayó la
cantidad de empresas que cotizan, la capitalización bursátil y el volumen
negociado. Todo esto hace más ineficiente al mercado y hay que trabajar
mucho para hacerlo crecer.
-¿En qué aspectos hay que hacer énfasis?
-El mercado trabaja sobre tres aspectos: oferta, demanda y estructura.
Dentro de lo que es la oferta, no hay suficientes empresas cotizando. Un
estudio dice que 80% de las empresas nunca consideraron la bolsa como una
opción de financiamiento. Para mejorar esto hay que trabajar con
incentivos e información.
-¿Y qué pasa con la demanda?
-Por el lado de la demanda, hay un problema notable. En Estados Unidos,
el 52% de los hogares tienen algún tipo de participación dentro del
mercado de acciones, ya sea de forma directa o indirecta, a través de los
planes de retiro. En la Argentina, me animo a decir que esa cifra no
supera el 2% o 3%. Si se considera que el total del ahorro argentino,
interno y externo, es de alrededor de 200.000 millones de dólares, sólo
10.000 millones están colocados en acciones y bonos. Es un porcentaje
bajísimo.
-¿Qué se puede hacer para incentivar a la gente para que participe en
la Bolsa?
-En este aspecto también hay que poner énfasis en la información al
público. No puede ser que la mayoría de la gente piense que el mercado
accionario es un instrumento puramente especulativo. Si no se logran
solucionar estos aspectos y el de la estructura, la bolsa seguirá siendo
ineficiente en cuanto a la capacidad de diversificar el riesgo.
-¿Por qué dice que la Bolsa es ineficiente en cuanto al riesgo?
-Porque no es representativa de todos los sectores de la economía. Hay
algunas industrias que pueden estar creciendo y que sin embargo no están
en el Merval, como por ejemplo los laboratorios o el turismo. Al no ser
representativa se cae en un problema de ineficiencia en la distribución
del riesgo porque el inversor no puede diversificar su dinero en distintos
sectores de la economía.