• Lo
dice el economista Carlos Rodríguez.
• Sostiene que en la Argentina hasta el déficit está
distorsionado
«En
2011 habrá un fuerte ajuste. El Gobierno que venga y quiera
blanquear
el funcionamiento de la economía se encontrará con un
gran déficit». La frase poco optimista pertenece a Carlos
Rodríguez, rector de la Universidad del CEMA.
El economista recibió a este diario en su oficina y habló
de los temas
más salientes de la coyuntura local y mundial. Aseguró
que la inflación
que está viviendo la Argentina es insólita y que el
Gobierno es capaz
de hacer cualquier cosa para llegar de la mejor manera posible a las
elecciones presidenciales. También opinó del canje, de la
reactivación
de los Estados Unidos y de la caída de la economía
europea. A
continuación, lo más saliente de la entrevista.
Periodista: ¿Cómo impactará en los
mercados el canje lanzado recientemente?
Carlos Rodríguez:
Ya tendría que estar descontado por los mercados. Tiene sus
limitaciones porque no pueden ofrecer el oro y el moro, ya que se
estaría perjudicando a los bonistas que accedieron a la oferta
de 2005.
Pero es un aspecto positivo de la gestión kirchnerista. Tenemos,
junto
con Venezuela, el peor nivel de riesgo-país y de seguro de
default del
mundo. Peor no podemos estar y el canje era necesario.
P.: ¿Qué tan peligroso puede ser el
crecimiento de la inflación?
C.R.:
Una de las premisas del Gobierno kirchnerista es mantener el
superávit
de caja, aun a costa de las instituciones. Este Gobierno está
plenamente consciente de que la emisión monetaria espuria genera
inflación y en la Argentina este tipo de inflación por
emisión fiscal
es incontrolable, se recicla dentro de los salarios y gastos del sector
público y cada vez es más alta. Por eso se cuidaron de
evitar ese
escenario. En los últimos seis años los salarios subieron
el 179% y el
IPC verdadero un 130%. Generalmente, los salarios caen con el
incremento en los precios y esto sucede porque la negociación
salarial
va detrás del aumento de los precios, pero en la Argentina
funciona al
revés, primero se negocian las subas de salarios
anticipándose al
crecimiento que tendrá la inflación. Por eso mientras el
aumento del
IPC es del orden del 20% anual, los salarios han subido mucho
más.
Estamos viviendo una inflación en espiral entre el salario y los
precios y es un tipo de incremento que no explota, es casi
estructuralista, a menos que se inmiscuya la parte fiscal.
P.: ¿Esto quiere decir que no hay peligro de que
los precios se disparen como ocurrió con el Gobierno de
Raúl Alfonsín?
C.R.:
Hay un orden de magnitud que no había en 1989 cuando lo pusieron
a
Pugliese y estalló la hiperinflación. En aquel entonces
no se podía
calcular de cuánto iba a ser la inflación del mes
siguiente. No es el
caso actual. La inflación no explotará siempre y cuando
no explote el
componente fiscal, y los Kirchner no van a permitir que esto pase. Son
capaces de expropiar todo lo que esté a la vista para engrosar
la caja.
El financiamiento con las reservas no es inflacionario, así como
acumular las reservas con emisión monetaria tampoco es
inflacionario.
Ocurrió en la convertibilidad y también ocurre ahora, ya
que vivimos
una suerte de semiconvertibilidad porque el dólar en los
últimos seis
años sólo ha subido un 31,2% mientras que los salarios
crecieron un
179,3% y el IPC un 130,6%. Aumentó la cantidad de dinero porque
subieron las reservas.
Motor
P.: ¿Qué papel tiene el dólar en el modelo
kirchnerista?
C.R.:
El dinero con tipo de cambio fijo es pasivo. El motor de la
economía no
ha sido el dólar porque el Gobierno no ha estado devaluando. La
inflación que hoy vive la Argentina es de demanda estructurada
alrededor de las paritarias. Las paritarias y los salarios son la base
política de sustento del modelo kirchnerista y es un modelo que
va a
seguir estando. Los Kirchner tienen calculado el dinero que necesitan
para llegar con una inflación estable al menos hasta el
año que viene.
P.: Algunos economistas advierten que quien asuma el
Gobierno en 2011 recibirá una bomba de tiempo...
C.R.:
Ya lo vivimos con el rodrigazo. El que se está por ir aguanta
con los
precios relativos que le dieron el apoyo político hasta el
último día.
El que venga y quiera blanquear el funcionamiento de la economía
la
única opción que tiene es hacer un fuerte ajuste. El que
venga se
encontrará con un gran déficit. Si acá se midiera
el costo fiscal de
los subsidios, trabas, semiprohibiciones y precios sugeridos que aplica
el Gobierno nos encontraríamos con que no estamos tan lejos de
la
situación que hoy vive Grecia. Además aquí nunca
se pagaron los
intereses por la deuda sin estructurar. Incluso los intereses de la
deuda que el país ya tiene reestructurada están dibujados
por la
manipulación del INDEC.
P.: ¿El boom de consumo que se está
viviendo a nivel local es un buen síntoma de la economía?
C.R.:
Salvador Allende, antes de que le explotara la sociedad entera,
anunció
que iba a expropiar las empresas más grandes de Chile y tuvo un
boom
económico increíble. En la economía las malas
noticias a término en el
corto plazo pueden llegar a generar un boom. Pero esto que está
ocurriendo no son ni de inversión ni de entrada de capitales,
porque el
que tiene plata líquida se la lleva al exterior. Es sólo
un boom de
consumo facilitado por el sistema financiero. Hoy son los
electrodomésticos, pero desde hace años el que
tenía un poco más de
dinero se volcaba a los ladrillos. Después de la
devaluación no hay
confianza en el sistema financiero y tampoco hay hipotecas donde
colocar el dinero. Los consumidores colocan sus ahorros en
pequeñas
propiedades y electrodomésticos.
P.: ¿También influye la inflación
en estos boom?
C.R.:
Sí, claro. Y se suma otro factor que es el miedo de los
argentinos al
dólar. No quieren comprar dólares porque ha subido muy
poco su valor en
los últimos meses en comparación con las escaladas del
pasado.
País barato
P.: ¿La Argentina tiene un atraso cambiario?
C.R.:
No, de hecho el Gobierno está ganando reservas sin hacer grandes
trampas. El país es barato, quizás hay algún
producto fuera de lugar
pero eso pasó siempre. La industria hoy pide devaluar, pero
siempre
estuvo descolocada pidiendo mejoras en los precios. Las empresas tienen
mecanismos para hacer negocios importantes pese a las trabas del estilo
de Guillermo Moreno. Si bien todo esto está sustentado en una
estructura de precios relativos que no es financiable y sólo
perdura
con sugerencias al estilo «El Padrino», nadie espera que
este esquema
se caiga antes de 2011.
P.: Si los Kirchner pierden en 2011,
¿mejorará la economía?
C.R.:
No creo que mejore. Fundamentalmente porque no hay oposición. La
economía argentina explotó en las manos de Fernando de la
Rúa y Raúl
Alfonsín, pero los Kirchner hace ocho años que
están en el poder y esto
no les ocurrió, aun sin crédito. Tuvieron la suerte de
tener una soja a
muy buen precio, pero no es una tarea menor saber manejar la riqueza.
Igual el escenario económico de 2011 dependerá en gran
medida de cómo
se desarrolle el juego electoral en los próximos meses. Todo
indica que
los precios internacionales seguirán bien, la soja
seguirá cara y la
tecnología barata.
P.: ¿Qué visión tiene de la
economía de Barack Obama?
C.R.:
Es razonablemente normal. El caso de Estados Unidos es asombroso, el
único presidente que ha tenido superávit fiscal en los
últimos años fue
Bill Clinton. Pero al mercado estadounidense no le esta yendo mal.
Inicialmente, se pensó que la crisis iba a ser peor y, sin
embargo, ya
se está saliendo. Pero esto no fue mérito de Obama sino
por el conjunto
de instituciones que son las que llevan adelante la economía en
ese
país.
P.: ¿Y de la economía europea?
C.R.: Es una región
que engloba a economías y sociedades políticamente muy
diferentes.
Grecia se está cayendo a pedazos pero la unión
política europea no
quiere dejar que uno de sus países se caiga y sale a salvarlo.
Pero se
trata de un efecto dominó, porque también están
España y Portugal al
borde del abismo. El accionar de la UE es inviable, es como si
existiera un banco central dispuesto a rescatar a los bancos malos, eso
haría que los bancos malos eleven las tasas para captar
más dinero.
Total el banco central le dará las garantías para los
depósitos. Es
peligroso. La situación de Grecia es delicada, con una
división de la
población muy grande que agrava la posibilidad del Gobierno de
llevar
adelante un ajuste y no sería tan extraño que emitan
cuasi monedas en
última instancia para sobrevivir.
P.: ¿La situación del empleo en la
Argentina es preocupante?
C.R.: Las
estadísticas oficiales dicen que creció más el
salario del empleo en
negro que el del sector en blanco, aunque suena insólito. Es
preocupante la creciente violencia de ciertos grupos sociales que no
reconocen ninguna medida de orden institucional civilizado. Cortan
rutas y agreden para conseguir aumentos de sueldo. Este problema va
más
allá de la falta de empleo, muestra la violencia que hay
instalada en
la sociedad argentina. Es un tema complicado de controlar para un
Gobierno que dice ser «progre». Tenemos distorsiones por
todos lados y
el diálogo económico y político está cada
vez más deteriorado. Sólo
existe la discusión por la supervivencia.
Entrevista de Marcela Pagano