Jueves, 06 de Mayo de 2010
   

Seccion: Economía

"En lo fiscal, no estamos tan lejos de lo que vive Grecia"


• Lo dice el economista Carlos Rodríguez.
• Sostiene que en la Argentina hasta el déficit está distorsionado

«En 2011 habrá un fuerte ajuste. El Gobierno que venga y quiera blanquear el funcionamiento de la economía se encontrará con un gran déficit». La frase poco optimista pertenece a Carlos Rodríguez, rector de la Universidad del CEMA. El economista recibió a este diario en su oficina y habló de los temas más salientes de la coyuntura local y mundial. Aseguró que la inflación que está viviendo la Argentina es insólita y que el Gobierno es capaz de hacer cualquier cosa para llegar de la mejor manera posible a las elecciones presidenciales. También opinó del canje, de la reactivación de los Estados Unidos y de la caída de la economía europea. A continuación, lo más saliente de la entrevista.
Periodista: ¿Cómo impactará en los mercados el canje lanzado recientemente?
Carlos Rodríguez:
Ya tendría que estar descontado por los mercados. Tiene sus limitaciones porque no pueden ofrecer el oro y el moro, ya que se estaría perjudicando a los bonistas que accedieron a la oferta de 2005. Pero es un aspecto positivo de la gestión kirchnerista. Tenemos, junto con Venezuela, el peor nivel de riesgo-país y de seguro de default del mundo. Peor no podemos estar y el canje era necesario.
P.: ¿Qué tan peligroso puede ser el crecimiento de la inflación?
C.R.:
Una de las premisas del Gobierno kirchnerista es mantener el superávit de caja, aun a costa de las instituciones. Este Gobierno está plenamente consciente de que la emisión monetaria espuria genera inflación y en la Argentina este tipo de inflación por emisión fiscal es incontrolable, se recicla dentro de los salarios y gastos del sector público y cada vez es más alta. Por eso se cuidaron de evitar ese escenario. En los últimos seis años los salarios subieron el 179% y el IPC verdadero un 130%. Generalmente, los salarios caen con el incremento en los precios y esto sucede porque la negociación salarial va detrás del aumento de los precios, pero en la Argentina funciona al revés, primero se negocian las subas de salarios anticipándose al crecimiento que tendrá la inflación. Por eso mientras el aumento del IPC es del orden del 20% anual, los salarios han subido mucho más. Estamos viviendo una inflación en espiral entre el salario y los precios y es un tipo de incremento que no explota, es casi estructuralista, a menos que se inmiscuya la parte fiscal.
P.: ¿Esto quiere decir que no hay peligro de que los precios se disparen como ocurrió con el Gobierno de Raúl Alfonsín?
C.R.: Hay un orden de magnitud que no había en 1989 cuando lo pusieron a Pugliese y estalló la hiperinflación. En aquel entonces no se podía calcular de cuánto iba a ser la inflación del mes siguiente. No es el caso actual. La inflación no explotará siempre y cuando no explote el componente fiscal, y los Kirchner no van a permitir que esto pase. Son capaces de expropiar todo lo que esté a la vista para engrosar la caja. El financiamiento con las reservas no es inflacionario, así como acumular las reservas con emisión monetaria tampoco es inflacionario. Ocurrió en la convertibilidad y también ocurre ahora, ya que vivimos una suerte de semiconvertibilidad porque el dólar en los últimos seis años sólo ha subido un 31,2% mientras que los salarios crecieron un 179,3% y el IPC un 130,6%. Aumentó la cantidad de dinero porque subieron las reservas.
Motor
P.: ¿Qué papel tiene el dólar en el modelo kirchnerista?
C.R.:
El dinero con tipo de cambio fijo es pasivo. El motor de la economía no ha sido el dólar porque el Gobierno no ha estado devaluando. La inflación que hoy vive la Argentina es de demanda estructurada alrededor de las paritarias. Las paritarias y los salarios son la base política de sustento del modelo kirchnerista y es un modelo que va a seguir estando. Los Kirchner tienen calculado el dinero que necesitan para llegar con una inflación estable al menos hasta el año que viene.
P.: Algunos economistas advierten que quien asuma el Gobierno en 2011 recibirá una bomba de tiempo...
C.R.:
Ya lo vivimos con el rodrigazo. El que se está por ir aguanta con los precios relativos que le dieron el apoyo político hasta el último día. El que venga y quiera blanquear el funcionamiento de la economía la única opción que tiene es hacer un fuerte ajuste. El que venga se encontrará con un gran déficit. Si acá se midiera el costo fiscal de los subsidios, trabas, semiprohibiciones y precios sugeridos que aplica el Gobierno nos encontraríamos con que no estamos tan lejos de la situación que hoy vive Grecia. Además aquí nunca se pagaron los intereses por la deuda sin estructurar. Incluso los intereses de la deuda que el país ya tiene reestructurada están dibujados por la manipulación del INDEC.
P.: ¿El boom de consumo que se está viviendo a nivel local es un buen síntoma de la economía?
C.R.:
Salvador Allende, antes de que le explotara la sociedad entera, anunció que iba a expropiar las empresas más grandes de Chile y tuvo un boom económico increíble. En la economía las malas noticias a término en el corto plazo pueden llegar a generar un boom. Pero esto que está ocurriendo no son ni de inversión ni de entrada de capitales, porque el que tiene plata líquida se la lleva al exterior. Es sólo un boom de consumo facilitado por el sistema financiero. Hoy son los electrodomésticos, pero desde hace años el que tenía un poco más de dinero se volcaba a los ladrillos. Después de la devaluación no hay confianza en el sistema financiero y tampoco hay hipotecas donde colocar el dinero. Los consumidores colocan sus ahorros en pequeñas propiedades y electrodomésticos.
P.: ¿También influye la inflación en estos boom?
C.R.:
Sí, claro. Y se suma otro factor que es el miedo de los argentinos al dólar. No quieren comprar dólares porque ha subido muy poco su valor en los últimos meses en comparación con las escaladas del pasado.
País barato
P.: ¿La Argentina tiene un atraso cambiario?

C.R.: No, de hecho el Gobierno está ganando reservas sin hacer grandes trampas. El país es barato, quizás hay algún producto fuera de lugar pero eso pasó siempre. La industria hoy pide devaluar, pero siempre estuvo descolocada pidiendo mejoras en los precios. Las empresas tienen mecanismos para hacer negocios importantes pese a las trabas del estilo de Guillermo Moreno. Si bien todo esto está sustentado en una estructura de precios relativos que no es financiable y sólo perdura con sugerencias al estilo «El Padrino», nadie espera que este esquema se caiga antes de 2011.
P.: Si los Kirchner pierden en 2011, ¿mejorará la economía?
C.R.:
No creo que mejore. Fundamentalmente porque no hay oposición. La economía argentina explotó en las manos de Fernando de la Rúa y Raúl Alfonsín, pero los Kirchner hace ocho años que están en el poder y esto no les ocurrió, aun sin crédito. Tuvieron la suerte de tener una soja a muy buen precio, pero no es una tarea menor saber manejar la riqueza. Igual el escenario económico de 2011 dependerá en gran medida de cómo se desarrolle el juego electoral en los próximos meses. Todo indica que los precios internacionales seguirán bien, la soja seguirá cara y la tecnología barata.
P.: ¿Qué visión tiene de la economía de Barack Obama?
C.R.: Es razonablemente normal. El caso de Estados Unidos es asombroso, el único presidente que ha tenido superávit fiscal en los últimos años fue Bill Clinton. Pero al mercado estadounidense no le esta yendo mal. Inicialmente, se pensó que la crisis iba a ser peor y, sin embargo, ya se está saliendo. Pero esto no fue mérito de Obama sino por el conjunto de instituciones que son las que llevan adelante la economía en ese país.
P.: ¿Y de la economía europea?
C.R.:
Es una región que engloba a economías y sociedades políticamente muy diferentes. Grecia se está cayendo a pedazos pero la unión política europea no quiere dejar que uno de sus países se caiga y sale a salvarlo. Pero se trata de un efecto dominó, porque también están España y Portugal al borde del abismo. El accionar de la UE es inviable, es como si existiera un banco central dispuesto a rescatar a los bancos malos, eso haría que los bancos malos eleven las tasas para captar más dinero. Total el banco central le dará las garantías para los depósitos. Es peligroso. La situación de Grecia es delicada, con una división de la población muy grande que agrava la posibilidad del Gobierno de llevar adelante un ajuste y no sería tan extraño que emitan cuasi monedas en última instancia para sobrevivir.
P.: ¿La situación del empleo en la Argentina es preocupante?
C.R.:
Las estadísticas oficiales dicen que creció más el salario del empleo en negro que el del sector en blanco, aunque suena insólito. Es preocupante la creciente violencia de ciertos grupos sociales que no reconocen ninguna medida de orden institucional civilizado. Cortan rutas y agreden para conseguir aumentos de sueldo. Este problema va más allá de la falta de empleo, muestra la violencia que hay instalada en la sociedad argentina. Es un tema complicado de controlar para un Gobierno que dice ser «progre». Tenemos distorsiones por todos lados y el diálogo económico y político está cada vez más deteriorado. Sólo existe la discusión por la supervivencia.
Entrevista de Marcela Pagano
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