"Lavagna tendrá con Kirchner menos poder que con Duhalde"

Carlos Rodríguez

Ambito Financiero 15-05-2003

«Néstor Kirchner será presidente con 22% de los votos, de los cuales 20% son prestados», en esas circunstancias «debería haber sido más mesurado y humilde en la victoria». Carlos Rodríguez, ex viceministro de Economía, resumió con esta frase la primera imagen que dejó ayer en muchos economistas y empresarios el discurso del presidente electo en el que condenó a las «corporaciones» que crecieron durante los '90. El rector de la universidad del CEMA estimó que Kirchner será un jefe de Estado con poco poder que tendrá que negociar «con muchos de los políticos que ayer denostaba». Para Rodríguez las verdaderas ideas económicas del próximo presidente son una incógnita, aunque tenga actitudes «que confunden», ya que «es proclive a los exabruptos y al populismo de izquierda», pero «tiene la plata en Suiza». Dijo que «ya no tiene a Menem enfrente» con lo que «tendrá que gobernar» y afirmó que Roberto Lavagna tendrá ahora menos poder que con Eduardo Duhalde.

Periodista: ¿Qué análisis político hace de la jornada?

Carlos Rodríguez: Primero hay que decir que le deseo toda la suerte y la lucidez del mundo. Pero hay que mencionar también que no fue muy afortunado el discurso que dio luego de conocer la renuncia de Menem. Me hizo acordar al ayatolllah Komeini cuando invocaba la ira de los dioses contra los enemigos derrotados.

P.: ¿Qué le molestó de ese discurso?

C.R.: Tendría que haber tenido más mesura y humildad en la victoria; virtudes que ayer obviamente no demostró. Yo entiendo que son días en los que están todos nerviosos, pero justamente es en esas jornadas donde más tranquilidad y frialdad se necesita. Kirchner tiene que saber que requerirá de los políticos a los cuales ayer denostaba como un peleador de lucha en el barro.

P.: ¿Qué quiere decir con que necesitará de los políticos que ayer denostaba?

C.R.: Kirchner será presidente con 22% de los votos, de los cuales 20% es prestado. En el mismo día que comience su gestión tendrá que comenzar a negociar con el Congreso, donde hay muchos de los dirigentes que ayer atacó casi salvajemente. Repito, un jefe de Estado surgido en esas circunstancias debería haber sido más mesurado y humilde en la victoria.

P.: ¿A priori, qué sabe de Kirchner y de la forma en que puede gobernar?

C.R.: De Kirchner se sabe tanto sobre sus capacidades para gobernar un país como del Soldado Chamamé. Obviamente ya sabemos que en campaña es muy proclive a los exabruptos y al populismo de izquierda; sobre todo cuando condena a los «grandes grupos económicos», que según él se beneficiaron en los '90. Pero luego sabemos también que tiene la plata en Suiza, junto con esos «grandes grupos». Son actitudes que confunden. Por ahora no se puede saber qué va a hacer ni cuáles son sus ideas.

P.: Pero de sus frases alguna conclusión se podrá sacar...

C.R.: Lamentablemente no. Lo importante no se conoce. No se sabe cuáles son sus ideas sobre política fiscal, sistema financiero, política monetaria, deuda, apertura económica, reforma laboral, reforma del Estado, etc. Sobre estos puntos, que son los que definen una política económica, no tiene opinión. Embestir contra «grupos económicos» no es política económica. Probablemente cuando pare la fiesta de la victoria comience a develarse la incógnita.

P.: Criticar a «los grupos económicos» parece toda una definición...

C.R.: En campaña es común que muchos políticos latinoamericanos denuesten a los Estados Unidos y al capitalismo, y que luego se reúnan con el embajador de ese país en uno de los primeros actos de gobierno. Más, repito, si se asume sólo con 22% de los votos.

P.: ¿Cómo lo ve a Roberto Lavagna?

C.R.: Tuvo una gestión bastante aceptable, pero hay que decir que se basó en tirar la pelota para adelante y no hacer las reformas necesarias. Pero no fue su culpa. Fue un ministro de un gobierno en la transición. Pero ahora la historia cambia. Lavagna ahora tendrá menos poder que el que tuvo con Duhalde, pero con mayores necesidades de reformas impostergables. El actual presidente le garantizaba cierto apoyo parlamentario que Kirchner no le puede garantizar. Repito, que asuma con 22% de los votos no es un dato menor. Habrá que ver qué hace ahora, con menos poder y más horizonte por delante.

P.: ¿Cómo tomó la decisión de Carlos Menem de no presentarse al ballottage?

C.R.: No me pareció bien. Pero bueno, ahora Eduardo Duhalde y Kirchner ya no tienen enfrente a Menem para echarle todas las culpas. Menem ya no está, que era lo que le daba vida aparentemente a la campaña de Kirchner.Ahora hay que gobernar en serio, sin Menem enfrente.

P.: ¿Es el final del menemismo?

C.R.: El menemismo como fuerza política puede desaparecer. Sería bueno ahora que surgiera un ala de centroderecha dentro del justicialismo. Este partido continúa teniendo 60% de los votos y sería bueno que estas ideas continúen desarrollándose dentro de él como era hasta ahora ya que cuenta con fuertes referentes populares. Pero reconozco que será difícil que esto se desarrolle dentro de un línea menemista.

P.: ¿Ricardo López Murphy no puede desarrollar esa tendencia?

C.R.: Puede ser, representa lo mismo pero desde la UCR.