La Convertibilidad ya no existe
Carlos Alfredo Rodríguez
Universidad del CEMA
El Artículo 7 del Decreto 1570/01 restablece el control de cambios en la República Argentina. Todavía es legal tener dólares billete pero no es legal sacarlos del país o usarlos para importar, sin autorización del BCRA. Después de una década de incentivarnos a traer nuestros dólares al país, ahora el gobierno de la Alianza ha decidido que los que tienen dólares no pueden llevárselos o simplemente, gastárselos comprando una casa en Cuba para pasar su jubilación. La triste historia se repite una vez más. La diferencia entre Alfonsín y de la Rua es que ahora está Cavallo para hacer las cosas más complicadas.
No sólo se afectó los derechos legítimos de los tenedores de dólares billete sino también los de los depositantes del sistema financiero, ya sea en pesos o en dólares (no creo que haya depósitos en Euros por más que nos lo hayan aconsejado). Los depositantes han quedado cautivos de los Bancos ya que no pueden convertir a voluntad sus depósitos a dólares ni a pesos. El mercado financiero ya no es competitivo ni cumple con su propósito fundamental: ya no tendrá nuevos depósitos con los que otorgar nuevos préstamos.
Pronto el gobierno forzará a los exportadores a vender sus divisas al BCRA ya que ¿quién sería tan tonto de ingresar sus dólares en un sistema financiero que le prohibe sacarlos de nuevo?. Paraguay se convertirá nuevamente en uno de los principales países exportadores de productos agropecuarios.
Luego de una década de rogar por inversiones extranjeras se traba de un plumazo la remisión de utilidades y dividendos al exterior. ¿Cuántos años nos llevará recuperar la confianza de los inversores, aún después que se vayan Cavallo y de la Rua?
Hoy tenemos una paridad 1:1 entre un peso virtual (o "pisado" en la jerga bancaria) y un dólar inutilizable que sólo sirve para rellenar el colchón. El que sea "capturado" por las huestes de Caro Figueroa llevando más de US$1000 en la valija será detenido por contrabandista. Este no es el país que nos prometieron.
Los efectos sobre la economía real de la inmovilización de los depósitos, de la implantación del control de cambios y del control de las tasas de interés son imponderables. Nos explican que esto durará sólo 90 días. Es obvio preguntarse qué pasará el día 91. Al fin y al cabo la Alianza ya estuvo dos años en el gobierno y cada semana estuvimos peor que la anterior.
Lo más probable es que los depositantes que fueron sorprendidos el 30 de Noviembre se hayan convertido en los dueños de un dinero virtual en vías de extinción que sólo servirá para pagarse entre ellos. El día 91 será extendido por 90 días más y así sucesivamente.
Cuando un enfermo tiene gangrena lo recomendable es operar cuanto antes. Si la Convertibilidad requiere de controles cambiarios y financieros para sostenerse, es como la gangrena y debe ser abandonada cuanto antes.
La libertad de funcionamiento de los mercados es en mi opinión mucho más importante que el mantenimiento de una Convertibilidad Virtual. No existe una solución obvia a la situación actual. El deterioro de la economía y la pérdida de credibilidad requieren que toda alternativa viable implique asumir plenamente los costos de ese deterioro. Entre los costos a asumir se encuentra la necesidad de reconocer el default financiero externo e interno y la necesidad de un tipo real de cambio significativamente más alto, acorde con una economía que ha hecho default y que ya no recibe más capitales.
Una alternativa es la libre flotación de la moneda manteniendo la prohibición del BCRA de emitir moneda como no sea para comprar dólares (al precio de mercado). Esta alternativa requeriría convertir todos los depósitos (hoy "pisados") a pesos, al igual que los créditos otorgados. La existencia de un respaldo potencial de divisas en Reservas y la imposibilidad de financiamiento al fisco actuaría como freno contra ataques especulativos. El tipo de cambio obviamente subiría pero no debiera explotar si no hay emisión monetaria carente de respaldo en divisas. Como el BCRA mantiene las Reservas siempre existe la posibilidad de dolarizar rescatando todos los pesos a algún tipo de cambio ( igual al ratio entre el stock de pesos existente y el de Reservas).
El problema en esta alternativa es que la gente no quiera ver más un peso por más respaldo que éste tenga. Se generaría una hiperinflación que sólo terminaría cuando el BCRA rescate los pesos existentes con los dólares de las Reservas.
Otra alternativa es la dolarización inmediata basada en los aproximadamente 14 mil millones de dólares propios que nos quedan en el BCRA. En este caso los depósitos hoy "pisados" tendrían que ser convertidos a un Bono en dólares a una tasa y plazos acorde con la rentabilidad de la cartera activa de los bancos (que creo que es bastante poca). Esta licuación es lamentable pero es el costo inevitable del deterioro al que nos llevó la pésima política económica de los últimos tiempos. El problema en esta alternativa es que no permite el aumento del tipo real de cambio por lo que éste debería alcanzarse a través de una prolongada deflación (o por una devaluación inicial previa a la dolarización).
Como se ve, ninguna alternativa es gratuita. En economía los errores siempre se pagan. Lo único que se puede asegurar es que ganar tiempo es inútil ya que se mantiene el drenaje inevitable de las Reservas que serán la base de cualquier alternativa que se elija eventualmente. Cuanto más se retrase el ajuste, menores serán las Reservas y la credibilidad y por lo tanto mayores serán los costos requeridos en términos de licuación de depósitos y necesidad de devaluación real.