Ambito Financiero 22 de junio de 1999
Para el economista del CEMA, Ricardo Schefer, es preocupante la política oficial

"Argentina perdió u$s 1.800 millones por endeudarse mal"

El año pasado los desaciertos de la estrategia de endeudamiento oficial en diferentes monedas costó más de 1.800 millones de dólares.

Así lo advirtió el economistaRicardo Schefer, quién explica que «el problema de la deuda tiene implicancias más graves de lo que se dijo hasta ahora porque el PBI -por efecto deflacionario- caería cerca de 8% este año en términos nominales».

Schefer, consultor y economista del CEMA, señala que «dentro de este cuadro recesivo con el Estado y algunas empresas endeudándose a una tasa de más de 10%, eso implica devengar una tasa de 18% real. Una situación como ésta fue la que colaboró a gatillar el default latinoamericano de los ’80».

Schefer frente a este contexto recomienda que «hay que vacunarse: las empresas y los Estados deben minimizar el endeudamiento», a la vez que critica ahora el manejo de la deuda nacional considerando que hay un excesivo nivel de especulación que degenerará en más déficit fiscal.

Al respecto no se manifiesta sorprendido por la mala performance tributaria ya que «en este marco recesivo y con caída de precios no sorprende que la recaudación tributaria venga tan mal». 

Crítica

Estos son los principales pasajes de la entrevista mantenida con Ambito Financiero.

Periodista: Usted hace tiempo que viene criticando el neofestival de bonos del gobierno ¿cómo ve el panorama ahora? 
Ricardo Schefer: Veo que el manejo de la deuda nacional se está desprofesionalizando cada vez más, eso nos cuesta caro y habrá que regularlo en la ley de convertibilidad fiscal o como se llame.

P.: ¿Pero usted siempre defendió al equipo económico con el alargamiento de plazos de la deuda que se hizo? 
R.S.: Eso estuvo bien. Pero ahora empezaron a manosear a las AFJP y peor, «timbean» y esto ya nos costó 1.826 millones de dólares en 1998 según el Informe Económico del Ministerio de Economía.

P.: ¿Cómo es eso que «timbean»?
R.S.: Una administración que dice que sólo no se sale de la convertibilidad 1 a 1, y peor, que se dedican al marketing de la dolarización, resulta que en 1998 se endeudaron en 46% en monedas distintas que el dólar: 23% en euros, 18% en marcos, 8% en liras y 5% en otras monedas. Si esas monedas se revalúan tendremos más déficit.

Costo extra

P.: ¿No serían más bajas las tasas de interés en esas otras monedas que en el dólar? 
R.S.: El costo extra de 1.826 millones de dólares es por diferencias de cambio en contra. Si usted ve que la tasa en yen es más baja que en dólares eso no quiere decir que la deuda en yen le vaya a costar menos. Eso lo sabe doña Rosa que, en definitiva, es quien paga los 1.826 millones en diferencias de cambio en 1998.

P.: Usted es más pesimista que Ricardo López Murphy...
R.S.: La performance fiscal este año va a ser peor que lo esperado. La caída de ingresos tributarios se explica por la caída del orden de 5% en el PBI en el primer semestre sumada a una caída de 5% en los precios mayoristas. Entonces, el déficit fiscal resultante, más grande que el esperado, tendrá que ser financiado a tasas mayores, lo que nos lleva al círculo vicioso de una deuda pública muy creciente que insumirá más intereses. Entre 1997 y 1998, la deuda creció 12.000 millones de dólares y este año puede aumentar 10.000 millones más. La carga de intereses del 2000 rondaría los 8.000 millones de dólares, más o menos las diferencias de cambio por descalce de moneda. Como le dije, en el ’98 gran parte de los bonos soberanos se emitieron en otras monedas y eso origina un riesgo cambiario que costó los 1.826 millones...

P.: ¿Pero hay otras implicancias para el costo del crédito? 
R.S.: Por supuesto, porque el costo marginal del endeudamiento público varía según el plazo, pero ronda hoy 13,5% a 5 años. Pero esto es una tasa nominal. Con precios y recaudación como hoy cayendo 5 por ciento, el costo marginal real de la deuda llega a 18 por ciento/19 por ciento. Con caída de precios mayoristas, cosa que está ocurriendo también en muchos países desarrollados, las empresas que venden productos o servicios en mercados donde hay fuerte competencia por la participación de mercado están viendo el achique de sus flujos de caja operativos. El ejemplo de hoy es la protesta del campo y de los pesqueros, pero el problema es mucho más extendido.

P.: Esto es el peor de los mundos...
R.S.: Claramente en este contexto el costo real del endeudamiento es altísimo, pero el acreedor no se beneficia porque ve neutralizada su mayor ganancia esperada padeciendo un riesgo de default mayor que el proyectado.

P.: Y del mercado ni hablar, entonces...
R.S.: No me extrañaría que los valores de las acciones de las empresas endeudadas sigan bajando, y eventualmente caigan también fuertemente las acciones de los bancos. Este panorama se verá coronado por una mayor caída de los bonos soberanos, con lo que se les impone a las empresas (y al Estado), en lo posible, reemplazar financiamiento con deuda por retención de utilidades, aportes de socios actuales o nuevos, por un lado, y aumentar la cobertura a la exposición de riesgos.

Entrevista de Jorge G. Herrera