Crowding Out
Columna Perspectivas del mes de octubre 2021. Esta sección del Centro de Economía Aplicada (CEA) de la UCEMA provee un análisis de destacados economistas con orientaciones y enfoques diferentes respecto de los problemas económicos de nuestro país y el mundo
El plan para pagar la deuda es crecer. El plan para reducir el déficit fiscal es crecer. El plan para bajar la inflación es crecer. El plan para reducir de la pobreza es crecer. Parece ser que la solución para todo es el crecimiento económico. Lamentablemente no crecemos. Las causas del estancamiento económico (para ser generosos) que nos tiene atrapados desde 2011 sin dudas son muchas, pero hoy me quiero concentrar en una: la falta de crédito al sector privado productivo.
Para crecer hay que invertir. Si un emprendedor quiere invertir tiene dos caminos, puede utilizar fondos propios o puede recurrir al mercado de capitales y conseguir fondos de terceros. El mercado de capitales argentino es inexistente. De acuerdo con el Banco Mundial, la capitalización de mercado de todas las empresas que cotizan públicamente en Argentina equivale a 8,8% del PBI. En Brasil la capitalización bursátil equivale a 68,4% del PBI, en Chile es 73%, en China es 83% y en EE. UU. la cifra llega a 194,5%. Claramente fondearse en la bolsa es imposible en nuestro país. Otro camino para conseguir fondos es ir a un banco y pedir prestado. Sin embargo, como veremos a continuación esto no es tan fácil.
Para que un banco pueda prestar plata tiene que conseguir depósitos. Los depósitos en los bancos vienen cayendo continuamente desde un máximo de 20% PBI en 2004 a un piso de 12% en 2019. Si bien hubo una fuerte recuperación en 2020 por la pandemia, parece ser que estamos retornando rápidamente a la tendencia prepandemia. Como comparación, en EE. UU. los depósitos en los bancos aumentaron del 65% al 80% del PBI en el período 2004 – 2019.
En Argentina tenemos el problema adicional de que el sector privado tienen que competir por el escaso crédito bancario con el sector público. En 2004 el crédito al sector privado representaba un 30% de los depósitos y 6% del PBI. Gracias al superávit fiscal de principios de la década de 2000, las necesidades de financiamiento del sector público cedieron y los préstamos al sector privado crecieron hasta alcanzar un pico de 70% de los depósitos y 12% del PBI en 2013. En 2014 el sector privado tuvo que volver a competir fuertemente por el crédito con el sector público, pero esta vez con el BCRA.
En diciembre de 2013 los pasivos remunerados del BCRA (pases netos, Lebacs, Leliqs, etc.) representaban un 3% del PBI, 19% de los depósitos y 28% de los préstamos al sector privado. A fines de 2017 los pasivos remunerados habían crecido hasta alcanzar 10% del PBI, 72% de los depósitos y 97% de los préstamos al sector privado. Licuación, corrida y rescate de por medio, los pasivos remunerados del BCRA pasaron a representar 5% del PBI, 37% de los depósitos y 67% de los préstamos al sector privado en el cuarto trimestre de 2019. Desde entonces volvieron a aumentar a 8% del PBI, 48% de los depósitos y 120% de los préstamos al sector privado. Para el que no es bueno con los porcentajes, pongo lo dicho en pesos: al 18 de octubre de 2021 los préstamos al sector privado eran 3,4 billones de pesos mientras que en esa misma fecha los bancos le prestaban al BCRA un total de 4,3 billones de pesos. O sea que los argentinos le estamos prestando más de la mitad de nuestros depósitos al Banco Central en lugar de prestarle a otros argentinos.
Lamentablemente, la triste historia del emprendedor que quiere conseguir un crédito para invertir no termina acá. Los depósitos son bajos, menos del 20% del PBI, y más del 60% van a parar al BCRA. De lo que queda para el sector privado la mayoría se usa para financiar consumo con préstamos a muy corto plazo. Los préstamos prendarios representan un 6% del total de los préstamos al sector privado, los personales un 17% y el financiamiento de las tarjetas de crédito un 29% del total. O sea, más de la mitad de los préstamos (52%) son para financiar las compras del supermercado, televisores, celulares, ciclomotores y eventualmente un auto. El otro 48% se compone de un 8% de crédito hipotecarios y 11% de adelantos de cuenta corriente. Lo cual solo nos deja un 30% del total de los ínfimos préstamos al sector privado para financiar inversión productiva. Dado que los préstamos son menos de 40% de los depósitos y estos a su vez son 15% del PBI entonces estamos hablando de 1,8% del PBI de crédito que es canalizado por el sistema bancario para financiar el crecimiento. Apaguen la luz.