Perspectivas (CEA)

Represión financiera, impuestos e inflación

Autor
Alejandro Rodríguez
Mes/Año
09/2018
Represión financiera, impuestos e inflación

Columna Perspectivas del mes de septiembre. Esta sección del Centro de Economía Aplicada (CEA) de la UCEMA provee un análisis de destacados economistas con orientaciones y enfoques diferentes respecto de los problemas económicos de nuestro país y el mundo.

Los bancos en Argentina no son los mejores del mundo y estoy seguro de que cada lector tiene sus justas razones para quejarse de ellos. Pero muchas veces lo que pensamos que es un pésimo servicio, a un precio muy alto, no es culpa de los bancos -en particular a los que se refiere al rol estos como canalizadores del ahorro de los hogares hacia actividades productivas-.

Una rápida visita al home banking de mi banco me muestra los siguiente: un adelanto de cuenta corriente me cuesta el 66%, mientras que hacer un plazo fijo me rinde 40%. Esto indica un spread, entre tasas activas y pasivas, de 2.600 puntos básicos.

Esto es lo que le ocurre a un minorista, pero veamos que les ofrecen a las grandes empresas. Según el BCRA la tasa TM20 (bancos privados) está en un 43% y la tasa para adelantos de cuenta corriente (más de $10 millones) está en 67%. Repitiendo la operación anterior esto nos da un spread de 2.400 puntos básicos. Para entender qué es lo que sucede y el “porque” de los altísimos spreads de tasas no hay que llamar a la oficina de Defensa al Consumidor. La culpa es del gobierno por la inflación, los encajes y otros impuestos.

Supongamos que un banco se financia a la tasa de interés nominal pasiva, Ip, y que una fracción e de los depósitos deben encajarse al 0% nominal. El banco presta a la tasa de interés activa nominal, Ia, el remanente y supongamos que paga un impuesto (ingresos brutos) sobre los intereses de t. La condición de break even para el banco en este escenario está dada por la siguiente relación:

Ip = Ia (1 – t) (1 – e).

Pongamos algunos números. La tasa Ip en 43% da una tasa mensual de 3,6% un poco por debajo de la inflación esperada para los próximos meses, lo cual arroja una tasa real levemente negativa. Supongamos que el impuesto es de 7% y los encajes de 30%. La tasa de interés activa de break even es de 66%. Con estas simples distorsiones ya podemos explicar casi el 100% del spread de tasas sin recurrir al poder de mercado de los grandes bancos.

Ahora bien, para entender el papel que juega la inflación en la determinación del spread de tasas y como está en conjunto con los encajes y encarece el crédito en la Argentina veamos la condición de break even de los bancos en términos reales en lugar de nominales. Suponiendo que el impuesto sobre los intereses nominales, t, es cero para simplificar, esta relación puede escribirse como:

Rp = Ra (1 – e) – π e,

En este ámbito Rp y Ra son la tasa real pasiva y real activa y π es la pérdida del poder de compra del dinero, medida como la tasa de inflación dividida por uno más la tasa de inflación (o sea que 100% de inflación da una pérdida del poder de compra del dinero de 50%). Si suponemos una tasa real pasiva de 0% entonces obtenemos que Ra = π e / (1 – e), la cual aumenta con la inflación. Si suponemos una inflación del 43% y los encajes al 30% entonces llegamos a que la tasa real de interés activa se debería ubicar cerca del 13%. Con el impuesto a los ingresos brutos de 7% sobre los intereses nominales entonces la tasa real activa debería ser de 16% y si además tenemos en cuenta el 21% de IVA sobre los intereses entonces el costo financiero total sube al 26% real solo para ofrecerle un retorno real de 0% al ahorrista (no considero el impuesto a la renta financiera porque ya estoy con lágrimas en los ojos). Claramente esta situación es insoportable para cualquier economía ya que destruye el mercado de crédito. Hace imposible la inversión lastimando seriamente al crecimiento mientras que el ahorrista huye del sistema bancario, el cual cumple un rol puramente transaccional y se refugia en el dólar.

(1) El cómputo del efectivo mínimo es en realidad mucho más complejo que lo aquí he expuesto y debe considerarse que depende, entre otras cosas, de la madurez del instrumento y que parte del mismo puede inscribirse con activos que devengan intereses.