Desde 1995 dediqué todo mi tiempo libre a preparar La economía argentina en la segunda mitad del siglo XX, cuya versión preliminar finalicé a fines de 2002. Si todo sale según lo previsto, durante el año en curso completaré la revisión, de manera que –con un original publicable en mano- comenzaré a deambular por las editoriales. ¿Por qué una obra más, referida a la historia económica contemporánea? Precisamente porque no se trata de una obra “más”. Su dimensión misma sugiere que es algo distinto. En efecto, la descripción de lo que ocurrió entre comienzos de 1946 y mediados de 1996, así como su análisis inmediato, generó no menos de 4 tomos (más 1 que contiene el banco de datos), donde se citan más de 3.000 piezas de legislación (leyes, decretos, resoluciones, comunicaciones, etc.), más de 1.000 personas y aproximadamente 1.300 referencias bibliográficas. El enfoque también es diferente, en alguna medida complementario del utilizado en la literatura existente. Me propuse, a través de una narración detallada, que el lector pudiera recrear en su mente, el proceso decisorio dentro del cual se imaginó, diseñó e implementó la política económica; y también me propuse que cada gestión económica estuviera enmarcada en su correspondiente escenario internacional y contexto político, 2 exogeneidades que ningún análisis valido de una política económica y sus resultados, puede ignorar. Leyéndola, el lector podrá “ver” a Federico Pinedo enfrentando una crisis económica con vacío político, a Juan Vital Sourrouille diseñando e implementando el Plan Austral, y a José Luis Machinea teniendo que bajar la cortina de la ventanilla del BCRA que vendía dólares a comienzos de febrero de 1989; porque estoy convencido que sólo desde este enfoque se aprende a entender la política económica, y por consiguiente se la puede mejorar en el futuro; y para esto se necesitan (yo escribir, usted leer) muchas páginas.