Aún el mejor fin no justifica los medios
El programa Terminá la Secundaria que reimplementará CABA mejorará significativamente las posibilidades laborales de los graduados. Pero, ¿es correcto que tenga alcance nacional?
En mayo de 2014 publiqué en este mismo espacio una nota motivada por un nuevo programa educativo lanzado por el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires denominado Terminá la Secundaria, con el fin que personas mayores de edad que no completaron la escuela pudiesen retomar sus estudios secundarios. No era obligatoria la asistencia a clases, los alumnos podían seguir su propio ritmo de estudio y acceder al material necesario, y a aulas virtuales, por medio de una plataforma online. Como señalaba, en ese entonces, el Ministerio de Educación de la Ciudad: “Terminá la Secundaria es un programa de educación a distancia que ofrece la posibilidad de retomar los estudios secundarios y obtener el título de bachiller desde cualquier lugar del país”.
En noviembre pasado el Gobierno de la Ciudad anunció su relanzamiento y a partir del 15 de febrero las inscripciones se encuentran abiertas. En palabras del jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, “Hoy aprovechamos el desarrollo de las herramientas informáticas y virtuales que fuimos fortaleciendo durante la pandemia, para que cualquier persona, desde La Quiaca hasta Ushuaia, pueda ser alumno de la ciudad y completar la secundaria”.
Como desarrollé en aquella nota, casi una década atrás, un programa que incentive y facilite a terminar la secundaria mejorará significativamente las posibilidades laborales de los graduados. Es claro que hoy, en la sociedad del conocimiento en la cual a nuestros jóvenes les ha de tocar interactuar en su vida adulta, y luego de la fuerte deserción generada por las políticas llevadas a cabo durante la pandemia, un programa de estas características es aún mucho más oportuno que diez años atrás.
Pero el programa, al igual que en 2014, no se encuentra dirigido exclusivamente a los vecinos de la CABA sino a todos los habitantes del país y, por supuesto, ello generará costos adicionales. Los mismos seguramente no serán significativos, pero no es su magnitud lo relevante sino su origen.
¿Está habilitado el Gobierno de la Ciudad para financiar la educación de compatriotas en otros distritos del país? Yo creo que no, a pesar de que no puedo estar más de acuerdo con los objetivos del programa.
Hace poco más de 30 años, el 20 de enero de 1981, Ronald Reagan, en su discurso inaugural al asumir la presidencia, afirmaba que: “nuestro gobierno no tiene ningún poder, excepto el que le fue concedido por el pueblo. Ha llegado el momento de revisar y revertir el crecimiento del gobierno, el cual muestra signos de haber crecido más allá del consentimiento de los gobernados”.
El hecho que el gobierno de la CABA relance un programa de alcance nacional, financiado por los vecinos de la ciudad, ¿no es una clara ilustración de esta afirmación? Yo creo que sí y es sano reconocerlo.
Por más meritorio que sea un fin, y es difícil imaginarse un mejor programa que Terminá la Secundaria, los medios también importan. Si deseamos construir una Argentina distinta no debemos olvidarlo.