Problemas en los fideicomisos financieros de oferta privada

Autor
Francisco Pertierra Cánepa
Medio
Ámbito
Mes/Año
4 de agosto de 2023
Francisco Pertierra Cánepa

Teniendo en cuenta el funcionamiento de este instrumento dinamizador del ahorro, te traemos el caso de la fintech Wenance, investigada por presunta estafa piramidal.

La prensa alertó con gran interés sobre una posible estafa indicando a la empresa de préstamos en línea Wenance, lo que reabrió un debate secundario sobre la necesidad o no de mayores regulaciones en la “Oferta Privada”.

El caso es que Wenance originó tres fideicomisos financieros privados con la securitización de créditos destinados al público no bancarizado por su plataforma online. Para ello, recurrió a un fiduciario financiero inscripto en CNV y la promoción de los préstamos fue ofrecida por distintos medios como redes sociales y Telegram.

Desde el inicio, los compromisos con los inversores fueron asumidos regularmente hasta que, a principios de julio de este año, cuando se debía afrontar el pago de los servicios de intereses por una suma de $700 millones, empezaron los problemas y las dilaciones incumpliendo y argumentando falta de fondos, con el consiguiente perjuicio para unos 3.000 a 4.000 inversores de ticket bajo.

A pesar que la información disponible de estos casos privados es escasa pues no están regulados por la CNV al no tener “Oferta Pública”, el impacto y la repercusión mediática fue muy grande, máxime el antecedente cercano del caso ZOE, lo que lo potenció dado que los inversores son pequeños o medianos ahorristas, que comenzaron a organizarse en grupos de WhatsApp y Telegram para intercambiar información y ver cómo gestionar la devolución, o para investigar sobre una demanda colectiva, exigiendo que se cumpla lo pactado, que prometía tasas de interés del orden del 140% al 150% anual.

Frente al reclamo, la empresa comunicó que devolverían los fondos luego de una reestructuración, aduciendo que el incumplimiento del pago de intereses se debió “a la retracción del negocio post pandemia, al aumento considerable de la morosidad de pago de sus clientes y a la suba de la inflación”. Así, diseñaron propuestas que incluían desde la dolarización (al valor MEP) del saldo; la reducción de tasas al 105% en pesos; y hasta la recompra del paquete por Wenance Lending España al valor del dólar contado con liquidación, situación que -según ellos- fue aceptada por la mayoría de los inversores institucionales y medianos, que son agentes habituados a la inversión de riesgo. En suma, el problema se circunscribe a los inversores minoritarios catalogados como “numerosos y sensibilizados” que representan un 20% del total.

Pero sabemos que toda reestructuración presupone un default donde quedan puntos por analizar y en los cuales debemos hacer foco en aras de preservar el prestigio del fideicomiso, sea financiero o no financiero, como promotor del comercio, la producción y el empleo.

Estos fideicomisos son clasificados de oferta “privada” por no estar sujetos al régimen de “oferta pública” donde interviene la CNV. Sin embargo, fueron promocionados en redes sociales de acceso público masivo, lo cual pone en jaque esta interpretación. Debe recordarse que la CNV elaboró en abril 2023 un Proyecto de Regulación de las Ofertas Privadas (Res 955/23) con una consulta participativa para definir taxativamente la oferta privada y despejar las dudas.

Es evidente que el ofrecimiento de una inversión en fideicomisos u otros instrumentos colectivos a través de redes de acceso público guarda mayor similitud con la oferta pública. Siendo así, nos preguntamos si todos los agentes involucrados en la comercialización de estos productos destinados a inversores NN contaban con la idoneidad exigida por la CNV, cosa que puede tornarse riesgosa a la hora de incumplimientos. Además, surgen dudas sobre si el contenido y calidad de las comunicaciones promocionales eran completos, informando, por ejemplo, que los créditos transferidos al fideicomiso como repago a los beneficiarios provenían de préstamos a agentes no bancarizados, lo cual presupone niveles de riesgo muy superiores a los del mercado.

Ahora bien, en oferta pública el regulador es quien investiga y exige preventivamente, y en los casos de oferta privada esta responsabilidad debe ser cubierta por el emisor, pero también por los inversores particulares en responsable defensa de ellos mismos. Esto habilita a preguntarnos si estos inversores damnificados analizaron los potenciales riesgos al momento de colocar sus ahorros, o si tenían toda la información relevante antes de hacer “click” en las plataformas, o peor aún, si fueron proactivos en exigir toda la información necesaria antes de realizar una inversión de estas características ya que, sobre esto último, muchas veces ocurre que el inversor actúa movilizado solamente por imitación y atraído por las altas tasas de renta.

Lo necesario entonces es definir y cerrar la brecha, ya que uno de los objetivos base del regulador de los mercados financieros y de capitales es la protección del pequeño y mediano ahorrista-inversor, cosa que acá no ocurre.

Cabe destacar que Wenance, además de los fideicomisos privados enunciados, emitió dos de oferta pública, Wenance I y II, los cuales no tuvieron problemas con el repago de los compromisos asumidos. Pero si revisamos los Estados Financieros de Wenance II, vemos que los VRD clases A, B y C prometen a pagar tasas de interés de Badlar + 1%, 2% y 3% respectivamente, con piso y techo de 72-85%, 73-86% y 74-87%.

Comparando los techos de las emisiones, vemos la enorme diferencia de tasas respecto a los fideicomisos privados donde ofrecieron del 140 al 150%, lo que muestra claramente un riesgo encubierto mucho mayor. Análogamente, la empresa explicó que el problema del pago de intereses se debió a subas en la mora del 15 al 24%, pero, no obstante, la mora en el W. II fue alrededor del 2,29% y, según el BCRA, para el segmento créditos a familias se mantuvo en 3,3% (abril 2023). Esto muestra que el riesgo inherente de los activos que garantizaban los pagos a los inversores de los fideicomisos privados era muy elevado, poniendo en discusión cuál fue el criterio adoptado por Wenance en la selección de los créditos destinados a formar parte de los fideicomisos públicos y de los privados.

La incógnita que surge es si podría la empresa haber dirijido los “mejores” créditos para los fideicomisos de oferta pública (calificadoras de riesgo y control de la CNV) y pasar los “peores” para los de oferta privada sin calificaciones y escasa información para los pequeños inversores. Vale recordar que Wenance tuvo denuncias desde 2017 a la fecha, tanto desde el sector público como privado.

Tampoco se entiende por qué la empresa promete hacerse cargo del cumplimiento en los fideicomisos privados, ya que, por las características de la figura, son patrimonios separados con el riesgo acotado al patrimonio fideicomitido, excepto cuando se incurre en fraude o dolo. Por eso es clave conocer e interpretar idóneamente el contrato y saber si Wenance expuso garantías adicionales. Obviamente, y tal como destacamos siempre, ahora será clave el desempeño del fiduciario profesional inscripto en el registro de la CNV, ya que es el titular de los bienes fideicomitidos que formaron el nuevo patrimonio en pos de los beneficiarios.

Como consecuencia de lo expuesto, y en función de los principios fundacionales de la AAFyFID sobre el uso adecuado y profesional del fideicomiso y los FID, es que alertamos sobre estas cuestiones de fondo ya que las características únicas de la figura actúan en defensa de los inversores, siempre que el negocio sea lícito, rentable y tenga un Management idóneo.

Contando con ello, el fideicomiso es -sin dudas y hasta ahora- el instrumento más dinamizador y transformador del ahorro en desarrollo para la economía productiva, dentro y fuera del Mercado de Capitales.