Atención inversores: el probable mix de medidas para llegar a abril

Autor
Federico Vacalebre
Medio
Ámbito
Mes/Año
17 de febrero de 2024

El ajuste fiscal es clave porque es ancla de expectativas en la transición hacia un plan de estabilización, pero se necesita llegar a la cosecha gruesa.

El primer mes del año finalizó con varios datos positivos. Acumulación de reservas en el orden de los u$s3.270 millones (récord para enero en los últimos 20 años), nuevo acuerdo (séptimo) y nuevas metas con FMI y un desembolso por u$s4.700 millones y la colocación del BOPREAL (pese a tener un mal comienzo) por u$s5.000 millones.

Además, la brecha que arrancó casi 60%, terminó en enero en torno al 51%. El ajuste fiscal es clave porque es ancla de expectativas en la transición hacia un plan de estabilización. Se necesita llegar hasta la “cosecha gruesa” (abril).

A pesar de los datos positivos, febrero luce desafiante porque ciertas variables pueden complicar la situación cambiaria y financiera. Entre ellas tenemos:

  • La demanda de pesos, que estacionalmente cae en febrero, presionando sobre los dólares financieros. Aunque, en los primeros días de febrero, no se observó.
  • El dólar oficial que sigue atrasándose contra la inflación. Con un dólar más atrasado y precios de commodities más bajos, es posible que la oferta de agro dólares se reduzca y sea más complejo seguir acumulando de reservas.
  • Hay que considerar que el cepo importador se va a ir levantando gradualmente y se sumará más demanda de importadores en el mercado cambiario. Por lo que habrá que observar qué pasará con los dólares financieros y si se fomentan las expectativas de devaluación.

Desde el Ministerio de Economía se pensaba cerrar con un déficit primario del 3% del PBI y el déficit total del 5,2% del PBI. Pero la herencia fiscal fue mayor y, según datos oficiales, se cerró el 2023 con un déficit financiero total del 6,1% del PBI.

La brecha fiscal (originalmente) se cerraba por baja del gasto público (60%) y por incremento de impuestos (40%). Pero con la baja del tratamiento del capítulo fiscal de la, ya fallida, ley de Bases, hay un 1,4% del PBI de recursos que se iba a obtener del aumento de impuestos que quedó excluido. De sumarle el incremento del déficit financiero (de 5,2% a 6,1%), el agujero a cubrir es cercano al 2,3% del PBI.

La pregunta es si para compensar esta merma de recursos se van a recortar más otras partidas del gasto, licuación vía inflación o subir más la presión fiscal.

El mix de medidas para llegar a abril

La licuación de las partidas de jubilados y pensionados y salarios estatales ya está existiendo. De mantenerse la actual fórmula de indexación jubilatoria, el ahorro del gasto previsional en términos reales sería para el Tesoro del 1,8% del PBI. Conjuntamente, estatales nacionales también tendrían una licuación. Se informó que el ajuste de la paritaria de enero es del 16% y es muy factible que se sigan corriendo por debajo de la inflación. Al margen, en febrero, trepará el impuesto a los combustibles, que significa un incremento del 10%/15% en el precio final en el surtidor.

Otra fuente de conflicto con las provincias son las trasferencias (que representan un 0,7% el PBI) y que se querían reducir en 0,5% del PBI. La obra pública constituye un 1,7% del PBI y se recortaría un 0,7%. Aunque podría tener un recorte mayor al 1% del PBI. Y los subsidios económicos, un 0,7% del PBI. Pero es posible que el ajuste sea mayor.

En síntesis, la actual administración habría logrado un superávit fiscal total en un monto superior a un billón de pesos. La ANSES registraría excedentes financieros por más de $500.000 millones de pesos. Esto permite un cierto respaldo de expectativas, para controlar la brecha cambiaria. Los bonos soberanos en dólares registraron aumentos entre el 1% y el 4,1% y el riesgo país perforó la barrera de los 1.900 puntos básicos. Para el anclaje se debería realizar un ajuste fiscal sostenible, no vía licuación ni tampoco cerrar la brecha fiscal con impuestos transitorios. Lo consistente es un ajuste estructural.