Efectos de la crisis argentina en las empresas familiares

Autor
Mauricio Rampone y Mario Casasco
Medio
Ámbito
Mes/Año
28 de noviembre 2022

Un 70% de las empresas argentinas registradas eran lo que se conoce como empresas familiares (fuente IADEF) , definidas como aquellas organizaciones donde 2 o más miembros de la familia influencian la dirección de la empresa. Ese enorme entramado es responsable de un alto porcentaje del empleo privado y del aporte al PBI nacional.

En el 2018 un 70% de las empresas argentinas registradas eran lo que se conoce como empresas familiares (fuente IADEF) , definidas como aquellas organizaciones donde 2 o más miembros de la familia influencian la dirección de la empresa. Ese enorme entramado es responsable de un alto porcentaje del empleo privado y del aporte al PBI nacional.

Su fortaleza radica, básicamente, en la dedicación al negocio y la vocación de continuidad en las generaciones siguientes. Justamente una problemática típica era gestionar la Sucesión entre el dueño fundador y la 1ª generación, o entre las generaciones siguientes.

Sin embargo, aparece ahora un fenómeno nuevo: en ocasiones la Sucesión deja de ser un problema… porque no hay Sucesión. Hay una enorme cantidad de jóvenes argentinos que han emigrado en los últimos años, o piensan hacerlo, muchos de ellos con muy buena preparación académica o experiencia laboral. No es objeto de este artículo la cuantificación de este éxodo, porque las cifras difieren según la fuente. Pero es un fenómeno tangible en el ámbito de cada familia.

Por supuesto que esta situación está enmarcada dentro de un aspecto macro aún peor, cual es la bajísima tasa de creación de empresas en Argentina. Ver IndicadoresCDPymes092022.pdf (ucema.edu.ar). Sin embargo, se retroalimentan: bajan los procesos de start ups cuando caen las perspectivas de mediano/largo plazo.

En resumen, más allá del deseo del dueño de mantener la vigencia de la empresa dentro de la familia, el contexto hoy requiere considerar otras alternativas: profesionalizarla, evaluar venta a un tercero, vender a sus gerentes o empleados o inclusive liquidar la empresa. Pero siempre teniendo en cuenta que la decisión debe tomarse mientras se pueda defender el valor del negocio y no, lamentablemente, en dejar la empresa como legado familiar.

Por Mauricio Rampone y Mario Casasco, profesores del MBA de la UCEMA.