América latina en la gran estrategia de Gran Bretaña

Autor
Juan Battaleme
Medio
Clarín
Mes/Año
14 de febrero de 2023

El 31 de enero se cumplieron tres años de la salida del Reino Unido de Gran Bretaña de la UE. Bajo el pomposo lema “Concretar el Brexit ya!” obligó a sus líderes repensar su estrategia.

En ese contexto, el entonces primer ministro Boris Johnson presentó su estrategia: “Gran Bretaña Global en una era de incertidumbre”. El objetivo era abrir y ampliar fronteras para el comercio y las industrias británicas. Asia Pacífico, fue la primera prioridad estableciendo medidas concretas para incrementar un comercio que en 2020 representaba U$S 82 mil millones en exportaciones y más del doble en importaciones.

Bajo la sombra de la “disrupción china”, se transformaron en activos participantes del AUKUS, enlazando sus intereses a los Australia y Japón en el desarrollo de la próxima generación de submarinos y el avión de combate Tempest. Se estrechó la relación transatlántica, buscando recuperar un rol positivo en Medio Oriente y aumentar la presencia en África. America latina, quedaba en un lugar muy lejano en la mente de los decisores británicos, hasta ahora.

La guerra en Ucrania obligó a todas las naciones europeas a encontrar y desarrollar proveedores de alimentos y energía, con el menor riesgo geopolítico posible considerando la tiranía de las distancias, los costos logísticos, y la disponibilidad de bienes, realidad que no le es ajena a gobierno del actual primer ministro Rishi Sunak. Frente a esta situación cobra fuerza la idea de desarrollar una estrategia coherente hacia America latina.

Bajo la premisa por la cual sin seguridad no hay desarrollo, se llevó a cabo en Londres, a finales de enero, la Primera Conferencia de Seguridad y Defensa Latinoamericana auspiciadas por el Royal United Service Institute (RUSI), y el think tank chileno Athenalab.

La discusión hizo evidentes las preocupaciones de ese centro de poder mundial:

1) la convergencia de la región con China en lo económico y a la vez lo indeterminado de los efectos que ello pueda tener en el campo de la seguridad donde cada vez más los países alinean sus intereses de seguridad con los de Occidente;

2) la ambigüedad estratégica Argentina es vista con preocupación, en tanto espacio donde el gigante asiático podría proyectar poder en el Atlántico Sur y la Antártida producto de sus vulnerabilidades económicas.

Sin embargo, los contrapuntos emergen, ya que el Reino Unido hace díficil encontrar un status quo funcional entre ambos paises debido a las acciones unilaterales (zona de exclusión, areas marítimas protegidas, etc.) que le son útiles en lo inmediato pero que serían contraproducentes en el largo plazo;

3) el crecimiento del crimen transnacional organizado, las insurgencias, la inestabilidad política junto con la carencia de desarrollo, son factores que inciden en la debilidad de los vínculos con el Reino Unido a pesar de lo atractivo que la región es como proveedor de alimentos y energía;

4) defensa necesariamente involucra el campo de la seguridad climática. Operaciones, infraestructura, dinámicas sociales deberán adaptarse en función de atender los problemas que se deriven de esta tendencia irreversible;

5) La seguridad digital es parte de toda discusión y en ese plano queda clara la dependencia relativa de la red occidental. Si bien existe la posibilidad de cambiar de dependencia, los latinoamericanos somos concientes de que el dilema se encuentra en aceptar de quien conviene depender;

6) ven con interés la revitalización del Atlántico sur y norte, donde Francia, Gran Bretaña y Holanda aparecerán con mayor frecuencia operando.

Las prioridades son Brasil, Mexico, Chile y el Caribe ya que con esos actores han identificado que pueden desarrollar una agenda positiva rapidamente. Con el resto de los países de la región esperan poder construir una agenda sustentable con el paso del tiempo.

Con Argentina, la pregunta sigue abierta: siendo el lado más vulnerable de la relación bilateral, cómo encontraremos un punto en el cual sin ceder nuestros reclamos podamos avanzar hacia una agenda funcional, sabiendo que ellos no van a hacer las concesiones que deseamos.