Los ejes del inicio de 2023

Autor
Federico Vacalebre
Medio
El Economista
Mes/Año
1 de febrero de 2023

Desinflación versus recesión. El 2023 nos irá marcando la velocidad a la que la economía norteamericana seguirá desinflacionando y también nos hará sentir los daños que dicha desinflación causada por restricción monetaria formarán en la economía global.

El año arrancó con un rally en la esfera cripto.  Recordemos que a principios de noviembre del año pasado, se produce el colapso de "FTX", que se le sumó al colapso que ya había propinado Luna meses atrás. La tasa de 30 años colapsó 66 puntos básicos, lo cual beneficia a los activos de riesgo muy significativamente, especialmente "high-beta techs" debido a su relativa mayor duration. Además, desde los mínimos posteriores al evento FTX, ETH había tocado +42%. Difícil imaginar escenarios cripto con la verticalidad que existe en el mercado global. 

Aunque, por el momento, pareciera que las criptos se vieron beneficiadas por el efecto FTX bajo cierto control y por un efecto sistémico, personificado por un Wall Street que comienza a pricear un 2023 en plena fase desinflacionaria. Lo cual ha generado un colapso en tasas cortas y largas y un selloff del dólar contra casi todo activo posible llevando al mercado a "risk-on mode" (modo optimista). En este escenario, observamos fuertes bajas a ambos extremos de la curva de tasas de interés, tanto la tasa de 2 años como la de 30. Sin recesión inminente, no hay cosa que le guste más a Wall Street que tasas bajando.

Por otra parte, China reabre su economía. El FXI (ETF que replica equity chino) está +12% en lo que va del año. JETS (ETF que replica aerolíneas) está +18% en 2023. Emergentes tuvieron un excelente inicio. 

En este aspecto, dicho evento tendría dos impactos, positivo y negativo:

  • Primeramente, dada la importancia de China y siendo el principal consumidor de commodites, la reapertura debiera generar un salto importante de demanda y, con ello, un aumento en el precio de las principales commodities.  El cobre, un commodity relacionado con el ritmo de actividad en China, está +9% en 2023 y el EWA (ETF que replica equity australiano, siendo Australia un gran socio comercial de China) está +8% en 2023. Igual no nos olvidemos que estamos frente a una coyuntura inflacionaria que viene rompiendo valor desde mediados del 2021 y nos adiestramos a seguir la dinámica de dos mediciones de la inflación. 

La inflación núcleo (core inflation), por un lado, que calcula aquel perfil inflacionario que no está directamente afectado por energía y alimentos (fuera del efecto commodities). Y la medición general de la inflación (headline inflation), por otro lado, que almacena tanto al componente núcleo (core) como aquel complemente directamente afectado por inflación de alimentos y energía. 

Dado esto, resulta sensato imaginar que en los próximos meses China creará una presión ascendente sobre el precio de las commodites y dicha presión debiera volver a enmarañar la dimensión "no núcleo" de la inflación de Estados Unidos. Si la desinflación aparente de Estados Unidos se convierte en generalizada y aceptada, entonces correspondiera generar bajas sustanciales en las tasas cortas y a la vez debiera generar cierta presión ascendente en las largas. Cuanto más rápida fuese la desinflación, menor dolor sobre la economía real. En sí, el primer impacto de la reapertura sería el de complicar de alguna manera una historia inflacionaria que en Estados Unidos aparentemente viene mejorando. Más aún cuando miramos que el M2 se ha reducido en los últimos 12 meses.

  • Como segunda consecuencia, se hará sentir (la reapertura de China) en el nivel de la actividad global. Y esto es especialmente relevante en un mundo que, debido a la restricción monetaria de la Fed, arranca a sentir los efectos desacelerantes de una suba de tasas de interés que ha sido la más fuerte (en velocidad) de toda la historia en la política monetaria de Estados Unidos. 

La reapertura de China juega un rol relevante porque sería un gran neutralizador de las recesiones que probablemente se le vengan a Estados Unidos y Europa, dadas las restricciones monetarias que ambos han impartido durante todo el 2022. Por esto, en términos de actividad global, la reapertura es una "buena noticia" en este frente.

En resumen, son muchos todavía los interrogantes que inquietan a la economía global, pero pude abreviarse en "desinflación-recesión". El 2023 nos irá marcando la velocidad a la que la economía norteamericana seguirá desinflacionando y también nos hará sentir los daños que dicha desinflación causada por restricción monetaria formarán en la economía global. China es el neutralizador parcial de ambos frentes. Si bien frenará en parte la desinflación norteamericana vía inflación de commodities, también frenará parcialmente, lo que probablemente será una categórica desaceleración en actividad tanto en Europa como en Estados Unidos.