Las fases de la burbuja
Podemos converger a un equilibrio con inflación más alta que su promedio y una economía global que resuelve sus shocks de oferta
Tomando al petróleo como eje predictivo (aunque no necesariamente sea el mejor) y los mercados de capitales podemos sacar ciertas conclusiones o tendencias. Para junio de 2008, el petróleo llegó a US$ 140 (máximo) mientras que la inflación de Estados Unidos (headline) era de 5% anual y el S&P se ubicaba en 1.268 puntos.
Con la crisis subprime, los mercados financieros cayeron y Lehman quebró en septiembre de 2008. La burbuja en el mercado de viviendas explotó y el mercado hizo piso recién el 6 de marzo de 2009, con el S&P tocando un mínimo intradiario. En aquel entonces, el petróleo colapsaba cotizando en US$ 45,52, el S&P estaba en 683 puntos y la inflación se había ido de 5% anualizada a 0,40% anualizada.
Así las cosas, desde el 1° de junio de 2008 hasta el 6 de marzo de 2009, los retornos fueron de -46% para S&P y de -67% para el petróleo.
Cabe mencionar que además el S&P venía corrigiendo desde antes, teniendo su máximo en octubre de 2007 con un nivel de 1.565 puntos. En pocas palabras, desde el máximo (4 de octubre de 2007) al mínimo (6 de marzo de 2009), el S&P absorbió un retorno negativo del orden del 56%.
Hoy, pospandemia y con la volatilidad del 2022, el S&P y el Nasdaq se encuentran en territorio negativo, casi siempre, aunque aún están muy lejos de la negatividad de aquel entonces. Es acá donde se advierten dos lecturas: una pesimista y otra más positiva.
- La primera mirada es de desinflación con recesión. Para los bears (pesimistas), el sendero negativo recién comienza y esperan correcciones del S&P (hasta el 50% de retorno negativo).
Para muchos, el primer semestre del 2022 es solo el comienzo de un efecto dominó absolutamente imparable, con una recesión que será causada, según ellos, por un histórico error de política monetaria en manos de la Fed.
- La segunda mirada es de desinflación sin recesión. Los bulls (optimistas) piensan que todo lo actuado por la Fed tendrá un impacto inminente en la desaceleración de la inflación, generando un mercado de tasas, comenzando a revertir la probable sobrerreacción que venimos observando desde inicios de 2022 y un equity recuperando su valor al ritmo de las tasas. Bajo esta visión, la Fed podría 'desinflacionar' sin llegar a una recesión.
Es real que los mercados de activos financieros vienen surfeando una burbuja iniciada cuando el S&P hizo mínimos el 6 de marzo de 2009. Desde aquel entonces, el retorno del S&P fue de tres dígitos (muy por encima del crecimiento de la economía norteamericana). A las claras, las cuatro rondas de QE articuladas por la Fed generaron una emisión cercana al 40% del PIB y culminó en el mercado de acciones, generando un enorme efecto de “riqueza nominal”, el cual motorizó a la economía norteamericana desde 2009 hasta 2022.
Si llegase a ocurrir el escenario de los bears, es altamente probable que la economía norteamericana y la economía mundial, entren en una severa recesión debido al impacto del efecto riqueza en reversa. En efecto, con la corrección desde inicios de 2022, la caída global en valor accionario ya es cercana a los US$ 15 trillones. Lo cual representa un ajuste brutal y a la vez equivale a casi dos veces el total de todo el QE articulado por la Fed desde 2008.
Sería como terminar en depresión por inflación en 2022, una inflación que precisamente fue generada por la política monetaria articulada para evitar los males del Covid en primera instancia.
No parecería razonable que la Fed intente converger a un escenario inflacionario de 2,5% y a cualquier costo, entendido este último como el colapso de varias de las burbujas. La otra alternativa sería una Fed que, con la restricción monetaria ya impuesta y el efecto riqueza negativo ya ocurrido, pueda anclar la inflación anual por sobre su zona de confort (2,50%) pero por debajo del 5%.
Es muy probable que al cierre del año, la Fed logre converger a una inflación headline bastante más abajo de la actual (8,60%). Eventualmente, habría que preguntarse qué priorizaría: si una mayor desaceleración inflacionaria o una menor desaceleración económica.
En síntesis, aun cuando la Fed todavía no lo esté insinuando, es probable que podamos converger a un equilibrio de mediano plazo con inflación más alta que su promedio histórico, pero relativamente estable y darle tiempo a que la economía global pueda resolver su multiplicidad de shocks de oferta. Si este fuese el camino, no sería necesario romper al mercado de equity y las burbujas quedarían más o menos sobre la línea de flotación.
-Resultaría infantil querer revertir en un año lo que se hizo en 14 y, si ese terminase siendo el caso, las burbujas colapsarían en dominó.