Prepararse o reinventarse para el empleo: qué conocimientos y habilidades se valoran más

Autor
Cynthia Wilner
Medio
La Nación
Mes/Año
3 de marzo de 2024

Las carreras vinculadas a nuevas tecnologías, análisis de datos, eficientización de los procesos y cuidado de personas y del ambiente están entre las más prometedoras para conseguir puestos; qué dicen referentes de universidades y consultoras

“El futuro llegó”. “Aprendiz de todo, maestro de nada”. “Habilidades duras vs. habilidades blandas”. “Un mar de conocimientos con un centímetro de profundidad”. “¿Especialización o formación integral?”. “Volvieron los oficios”. Como mitos y verdades, estas y otras tantas frases han sido utilizadas para intentar explicar un mapa laboral en transformación constante, signado por el auge de las nuevas tecnologías, la creciente fragmentación y también por cuestiones generacionales que hacen que los nuevos profesionales y técnicos ya no aspiren al empleo en el cual desarrollarse “toda la vida”. El mercado laboral se ha complejizado y presenta desafíos medulares para empleadores, trabajadores y el campo de la educación, que debe mantener actualizada su oferta para conectar estos mundos.

Más allá de estas realidades, de carácter estructural, en la Argentina el mercado laboral también es tema de debate por razones de coyuntura, y en estos días, por el derrotero que está siguiendo el polémico capítulo laboral del decreto de necesidad y urgencia (DNU) 70, que reavivó el debate sobre el andamiaje normativo que regula las relaciones del trabajo. Sin embargo, en lo inmediato, en un contexto de recesión económica de resolución incierta, de caída en picada de los salarios –que ya lleva seis años– y de una inflación consolidada en niveles elevados, cabe preguntarse dónde están las mayores posibilidades de encontrar empleo y cuáles son las carreras universitarias con futuro más promisorio.

Los expertos sostienen que el campo de las STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) y de la programación en particular, sigue siendo el que reúne los perfiles más demandados. Pero también destacan el protagonismo que tienen en las búsquedas las carreras “tradicionales” y las basadas en el desarrollo de las denominadas “habilidades blandas” (comunicación efectiva, adaptabilidad, aprendizaje continuo), combinadas con aptitudes relacionadas con los entornos virtuales y el desarrollo de negocios digitales.

También aparece como novedad de los últimos tiempos el requerimiento de personas con un perfil de “mirada global”, es decir, de generalistas, en detrimento de la hiperespecialización, a la vez que resurgen las disciplinas humanísticas para entornos de trabajo impensados, como el desarrollo de aplicaciones móviles para ser útiles en determinadas situaciones. El mercado de trabajo está en crisis y, a la vez, más vivo que nunca.

Carreras STEM y de programación, las favoritas

Matías Ghidini, consultor de recursos humanos y CEO de GhidiniRodil, afirma: “En un mercado laboral recesivo por la situación económica, los sectores en los que se pueden encontrar las mejores posibilidades de empleo son la agroindustria, la minería, la energía y petróleo; también en la tecnología, que si bien en los últimos años ha disminuido un poco su demanda, se siguen generando oportunidades, especialmente en las subindustrias de sectores que se digitalizaron más tarde, como la salud”. El experto destaca posibilidades de desarrollo con la aplicación de nuevas tecnologías en el ámbito educativo (mediante las e-tech o las climatetech), en la agroindustria (agrotech o agtech) y en el mundo financiero (fintech).

Ghidini señala la vigencia de las carreras STEM y destaca las ingenierías en electrónica, informática y sistemas, así como también las vinculadas con la energía y el petróleo, y dentro de este rubro, las ingenierías en perforación, las ciencias geológicas y la especialidad en reservorios. Y afirma que carreras como las de matemática y de actuario resultan “muy necesarias para el mundo de la interpretación de los datos en tecnología”.

María José Palacios, directora del Espacio del Talento y prosecretaria de la Cámara la Industria Argentina del Software (CESSI), apunta: “En la industria tecnológica, las mayores posibilidades siguen estando en las posiciones de programación, de testing automatizado, de análisis de datos y de devops [prácticas que agrupan el desarrollo de software y operaciones de tecnología de la información]. Los analistas funcionales [encargados, en los negocios, de verificar los requerimientos de los procesos] y scrum masters e implementadores de productos también son muy demandados”.

Según describe Carla Cantisani, directora de Servicios, Calidad y Transformación de Adecco, “hay gran demanda de perfiles operativos y de producción y perfiles de tecnologías de la información (IT). El personal de IT es difícil de conseguir y de fidelizar, porque tienen una mayor pretensión salarial y de beneficios, además de ser exigentes y selectivos en sus búsquedas. También se destacan los perfiles comerciales, de ventas y de marketing”.

Al ser consultada por la demanda de personal en el mediano plazo, Cantisani arriesga: “Van a predominar los puestos relacionados con la tecnología y la sustentabilidad, como los especialistas en sostenibilidad, en vehículos autónomos y eléctricos, especialistas en inteligencia artificial (IA) y en aprendizaje automático, ingenieros especializados en tecnología financiera y varios puestos de analistas –incluidos los de negocios, seguridad de la información y datos–, junto con los científicos de datos. Estos puestos van a demostrar un crecimiento exponencial”.

En la Universidad Católica Argentina (UCA) suman a la robótica, impulsada por el auge de la IA y la automatización. “Profesionales expertos en diseño, implementación y mantenimiento de sistemas robóticos son esenciales”, señala Verónica Baridon, directora del Departamento de Graduados y Desarrollo Profesional de la UCA. “En el ámbito de la economía digital y del marketing, el impulso de la digitalización genera oportunidades significativas. Profesionales en marketing con enfoque en e-commerce, análisis de mercado o experiencia del usuario (UX) son especialmente solicitados”, dice.

Pese al auge de las tecnologías, Ghidini señala que “no hay que olvidarse de las orientaciones relacionadas con el vínculo interpersonal y con aquellos roles o funciones que la inteligencia artificial y la automatización no va a poder reemplazar”. Destaca la enfermería y otras especialidades en las que es necesario el acompañamiento a las personas, como las de educación y salud.

Habilidades blandas, claves en el nuevo mundo

Los especialistas advierten una nueva tendencia en el ámbito de los recursos humanos, que trasciende la antinomia entre disciplinas duras y blandas, e incluso, le da un lugar central a estas últimas. “Ya se habla poco de carreras, sino más bien de orientaciones o grupos que forman determinados conocimientos”, afirma Ghidini. Y añade: “Se está viendo qué conocimientos y habilidades son necesarios; las formaciones van a ir cambiando con el tiempo”.

Palacios expresa: “Además de las habilidades técnicas específicas, las empresas buscan que perfiles con habilidades blandas, con una actitud proactiva de aprendizaje continuo, con apertura a los cambios y capacidad de relacionarse de manera interdisciplinaria. Hoy, en una célula de trabajo es posible encontrar a un programador junto con un psicólogo, a un creativo y a un físico, todos trabajando para lograr la mejor versión de una app”.

En el mismo sentido, Ghidini resalta: “Lo único que está claro es lo rápido que cambia el mundo, entonces cualquier estudiante, sin importar su edad, tiene que saber que va a tener que estar aprendiendo todo el tiempo. También debe tener en cuenta la adaptabilidad a un entorno cada vez más volátil, sobre todo en la Argentina, y las aptitudes que permitan desarrollar una mirada global y un pensamiento digital, algo muy potenciado por la pandemia”.

El empresario del sector del software Sergio Candelo aporta: “Ser entusiasta y constante son cualidades claves, más allá de la carrera elegida. Hoy no hay ningún empleo que sea para toda la vida, con lo cual en cualquier profesión, en algunos años quizá todo el capital adquirido durante la formación haya desaparecido. Lo vemos en la industria del software, donde permanentemente aparecen nuevas formas de programar, nuevas necesidades, nuevas tecnologías”. Y apunta: “El perfil más importante es alguien que conozca sobre computación, pero que entienda de negocios para poder diseñar bien el software que se requiere”.

Cantisani coincide en destacar la importancia de desarrollar perfiles integrales: “Las habilidades más destacadas en las búsquedas son habilidades tecnológicas, desde capacidades IT básicas hasta avanzadas, análisis de datos e ingeniería, pensamiento crítico y habilidades emocionales y sociales, que constituyen las tan renombradas habilidades blandas. Estas habilidades representan un enfoque de vida y trabajo. Las más demandadas son la comunicación, la resolución de problemas, el pensamiento crítico, la organización, el liderazgo, la escucha y empatía, entre otras”.

“El manejo de entornos virtuales, la comunicación efectiva, la innovación y la flexibilidad, así como el espíritu de aprendizaje continuo se constituyen como características mandatorias. A esto se suman la capacidad de análisis de datos para la toma de decisiones y la habilidad de gestionar el tiempo de manera eficiente para alcanzar los objetivos propuestos”, agrega Cynthia Wilner, secretaria académica de la Ucema.

Los puestos más buscados

Uno de los desafíos que atraviesa el mercado laboral es el de conectar el mundo del trabajo con la educación, para que haya relación entre la demanda de personal, lo que los recursos humanos pueden ofrecer y, en un sentido más estratégico, lo que las sociedades necesitan para desarrollarse y revertir flagelos como la deserción educativa y la informalidad laboral, que en la Argentina alcanza el 36% entre los asalariados y que guarda relación directa con los empleos de menor calidad.

Las mayores posibilidades no se encuentran solo en disciplinas profesionales, sino también en carreras técnicas y roles operarios. Un relevamiento de la consultora Ceta Capital Humano señala que entre los diez perfiles laborales más demandados están los operarios de depósito (15%), personal para carga y descarga (15%), pickers (15%), representantes de atención al cliente (15%), cocineros (10%), técnicos u operarios de mantenimiento (10%), operarios de frigoríficos y producción (10%) y clarkistas (10%).

En cuanto a las actividades que más crecieron durante el segundo semestre de 2023 y que mayor cantidad de búsquedas registraron se destacan la logística y el correo (20%), los servicios (15%), los frigoríficos (15%), la tecnología (10%), la industria alimenticia (10%), la farmacia (5%) y producción textil (5%). En tanto, los sectores con mayor expansión del volumen de avisos fueron la gastronomía y el turismo, la logística y producción, la minería, petróleo y gas y atención al cliente.

“2023 fue un año marcado por las búsquedas orientadas a la producción, la distribución y los puestos operativos, lo que dio un saldo muy positivo para la generación de empleo. Los oficios se imponen nuevamente como parte de los puestos más complejos para cubrir”, afirma Soledad Curbelo, coordinadora de Reclutamiento y Selección en Ceta Capital Humano.

La relación entre los mundos del trabajo y la educación

Pablo Hernández Molteni, secretario de Promoción e Ingreso de la Universidad del Salvador, sostiene que “si bien carreras de grado como administración de empresas, administración de recursos humanos y contador público siempre fueron muy solicitadas, notamos un incremento en su demanda”. Y afirma: “La carrera de comercialización con orientación en negocios digitales también gana relevancia”. Explica que también es notoria la inclinación por carreras como psicología y, en general, por todas las que están dentro del campo de las disciplinas de la salud, así como también las carreras de abogacía y las que se dictan en el marco de programas internacionales y tienen proyección de inserción laboral en el exterior.

Desde la Universidad de Buenos Aires sostienen que las carreras de ciencias sociales y humanas abren una posibilidad importante de inserción laboral, tanto en el ámbito público como en el privado. “Tres carreras dictadas en la Facultad de Filosofía y Letras tienen un altísimo nivel de empleabilidad: geografía, bibliotecología y ciencias de la información, y ciencias de la educación”, afirman Catalina Kaplan y Lola Moletta, subsecretarias de Extensión Universitaria y de Asuntos Académicos de la facultad.

“En un contexto en el que manejar grandes bases de datos y fuentes de información es crucial para cualquier actividad, estas carreras cuentan con una gran formación en gestión, búsqueda, procesamiento y organización de datos, que excede la preparación para el manejo de herramientas técnicas e implica una aplicación de estos conocimientos a una realidad concreta. Además, en el caso de geografía, frente al crecimiento de la agenda ambiental y vinculada al urbanismo, crece mucho la demanda de profesionales con formación en gestión y planificación del territorio”, dicen Kaplan y Moletta.

Desde la UCA subrayan que la conciencia sobre la sustentabilidad se expresa en la demanda de carreras enfocadas en la preservación del medioambiente. “Destacamos perfiles vinculados con la ingeniería ambiental y con energías renovables como cruciales para abordar desafíos actuales y contribuir al desarrollo sostenible. Además, carreras como las ingenierías en alimentos, la agronomía y la biotecnología presentan mayores oportunidades laborales”, señalan.

Por otro lado, Kaplan y Moletta afirman que los graduados de ciencias de la educación se aproximan al campo laboral desde distintas perspectivas: las políticas educativas, los procesos de enseñanza y aprendizaje y las cuestiones institucionales y administrativas de escuelas y universidades. Y aseguran que en los últimos años muchos graduados se insertaron en trabajos de inclusión educativa a través de nuevas tecnologías.

En ese contexto, en la UBA consideran que las formaciones no pueden estar desconectadas de los requerimientos del mercado laboral y que “no debe ser tabú” hablar de carreras cortas para lograr una inserción más rápida, por ejemplo, en el campo de las industrias culturales. “A nuestros estudiantes y graduados los encontramos escribiendo guiones para series en Youtube sobre historia, coordinando la ciberseguridad de la ciudad de Buenos Aires o, incluso, escribiendo la única biografía que existe del Presidente de la Nación”, dicen.

Por su parte, Andrés Agres, rector del Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA), considera que hoy las instituciones educativas se enfrentan al desafío de mantenerse a la vanguardia y adelantarse a los procesos de transformación de la sociedad, algo que incluye a los negocios, a las industrias, al Gobierno, a las organizaciones civiles. “Para ello –asegura– debemos interactuar todos los actores en forma integrada, proponer transformaciones e innovación, promover cambios más allá de las estructuras conocidas, convencionales y ya probadas”.

“El pensamiento a largo plazo, con la educación y las universidades como protagonistas es esencial en la generación de cambios. Es clave generar alianzas por la educación con compromisos de largo plazo”, concluye Agres. Y, en ese sentido, la actualización permanente de la oferta de carreras, programas y currículas, así como la política educativa, son fundamentales para mantener conectados al mundo del trabajo y de la formación.