Lousteau, Hayek y los mosquitos

Autor
Marcos Gallacher
Medio
Mendoza Online
Mes/Año
5 de abril de 2024
Marcos Gallacher

El ministro de Salud, Mario Russo, aseguró que en dos semanas se resolverá la falta de repelentes para combatir el dengue, en medio de este brote histórico de la enfermedad.

En el año 2005 el huracán Katrina se abatió sobre el Golfo de México causando severas pérdidas tanto económicas como humanas. La reacción del gobierno de los EEUU, y en particular la de FEMA (Federal Emergency Management Agency), agencia federal para la gestión de emergencia fue puesta bajo la lupa por la posible demora en arbitrar las medidas necesarias. La auditoría de la acción de FEMA, tanto la oficial como la realizada por terceros, deja importantes lecciones.

Una de ellas es que la acción privada no solo complementó la acción oficial, sino que posiblemente fue más efectiva que ésta. En efecto, algunos observadores señalan que, entre otras, la empresa Walmart arbitró medidas que en muchos casos fueron de crucial importancia para los ciudadanos afectados por la emergencia. El accionar de esta empresa incluyó el reparto de agua y necesidades básicas, alojamiento de individuos desplazados, comunicaciones y otros.

Walmart pudo actuar rápidamente gracias a su flexibilidad organizacional, y en particular su sistema des-centralizado de asignación de autoridad. ¿Fue altruismo puro lo que motivo a Walmart? No necesariamente. La empresa también “hizo una inversión” de posible rédito futuro en términos de imagen de marca. Y también ayudó a que su clientela se recuperara mas rápidamente, y de esta forma reanudara su vínculo con la compañía.

¿Porque nos interesa ahora el huracán Katrina?

Si bien no se ha abatido un huracán sobre la Argentina, en estos días enfrentamos otro problema: los mosquitos. En efecto: desde hace varias semanas gran parte de nuestro país se ve afectado por una invasión de estos insectos. Esta plaga causa no solo ingentes molestias, sino que también puede provocar cuadros de una infección viral conocida como “dengue”. La severidad de la misma es variable: desde molestias mas o menos graves hasta, en casos extremos, la muerte del individuo infectado.

La situación actual cataliza opiniones de las más diversas fuentes. Estas presentan una gradación de relevancia que va desde lo riguroso hasta absurdo. Ejemplo de esto último son los comentarios del diputado Martín Lousteau, quien lanzó un largo post en Twitter (actual “X”) donde argumenta que la situación actual de falta de repelente, o altos precios de éstos, se debe a una “falla de mercado”. Dice Lousteau: “El brote de dengue en Argentina está cada vez peor y la falta de repelentes es una preocupación creciente. Pero, ¿por qué esta escasez? (…) “Este es justo un caso en donde un buen Estado tiene disponible más información más rápido que el mercado. Y puede ayudar a coordinar respuestas si toma decisiones o comparte la información a tiempo. Se llama política pública de salud”.

En su twitt, Lousteau argumenta que confiar en el mercado revela un excesivo apego a las enseñanzas de Friedrich Hayek, conocido  economista de tendencia liberal. El argumento de Lousteau supone un Estado omnisciente, que todo lo puede predecir. Los funcionario públicos tendrían así la llave para predecir con meses, o al menos semanas de anticipación la situación de demanda y oferta de un determinado bien (en este caso repelente) a fin de que las empresas aumenten la producción, o pongan en marcha importación de producto del exterior. Se alarma Lousteau de que un conocido aerosol cueste $ 16.000 la unidad. Se desprende entonces que con un “Estado Presente” no solo el producto podría adquirirse a un precio mas bajo, sino que habría stock para cubrir toda la actual demanda.

Pero la pregunta obvia es: ¿No son las empresas las que tienen especial interés en conocer demanda de productos, a fin de aprovechar posibles oportunidades? La información sobre posible aumento de población de mosquitos es por supuesto valiosa, pero si éste es el caso existen fuertes incentivos para que las propias empresas inviertan esfuerzo en generar dicha información. No resulta aventurado pensar que – en particular las grandes empresas – tienen equipos de análisis de mercados de considerable sofisticación para la predicción de demanda sea ésta de modelos de vehículos, gaseosas, o en el caso que nos interesa, repelente de insectos. Sobre-estimar demanda implica costos resultantes de acumulación de inventarios. Pero por supuesto, sub-estimar esta demanda resulta en costos por no aprovechamiento de ventas potenciales.

Es cierto que el Estado puede hacer un aporte en lo relativo a generación de información científica que contribuya a comprender mejor la dinámica de una plaga. Sin embargo, resulta ingenuo pensar que, en ausencia de generación de esta información, las empresas tomarán decisiones de producción o importación a ciegas. En definitiva, son las empresas – y no la de un funcionario público - las que se benefician en forma directa de decisiones correctas. Es de esperar que la inversión en información mejore la calidad decisoria, y por ende los resultados económicos. Si esto es así la “falla de mercado” que Lousteau señala puede no ser tal.

Simplemente, hay mas mosquitos que los que pensábamos que iba a haber.

* Marcos Gallacher. Director del Departamento de Economía Agrícola, Recursos Naturales y Agronegocios de la Universidad del CEMA