Hay que regular el derecho de huelga en la educación

Autor
Edgardo Zablotsky
Medio
Rio Negro
Mes/Año
9 de abril de 2023
Edgardo Zablotsky

Entrevista con el Dr. Edgardo Zablotsky, rector de la UCEMA. Brindó un análisis acerca de la situación y los cambios que atraviesa la educación argentina. Algunos de los temas abordados fueron formación docente, educación remota virtual, extensión de la jornada escolar y el rol de los padres en el sistema educativo argentino.

El Doctor en Economía y rector de la Universidad del CEMA, Edgardo Zablotsky, compartió con Pulso sus impresiones acerca de la situación actual de la educación en Argentina y planteó propuestas para superar algunas de sus problemáticas.

PREGUNTA: ¿Cómo ve la articulación en nuestro país entre la educación universitaria y las necesidades presentes y futuras del mercado laboral?
RESPUESTA: Soy optimista al respecto, en general el sistema universitario se está adecuando bastante bien a las necesidades del mercado, por eso van naciendo constantemente nuevas carreras, y con mucha más energía después de la pandemia.

P: ¿Qué evaluación hace del crecimiento de la educación remota virtual en términos de acumulación de conocimientos?
R: Es como pasar del cine mudo al cine hablado, sencillamente pasó y hay que tomarlo como tal. Creo que los beneficios son mucho más grandes que los costos. Permite alternativas que no existían antes, estudiantes de un lugar del país pueden tomar clases con profesores de otros lugares o aún del exterior. Hay infinidad de posibilidades. Como todo, se le puede dar buen uso o un uso inadecuado, no hay manera de que eso no suceda.

P: ¿Qué opinión tiene de la formación docente en Argentina?
R: Es claro que necesita un cambio, hay infinidad de instituciones que realizan la formación docente de niveles absolutamente disímiles. El mundo cambió, y si uno se pone a pensar la educación es lo que menos ha cambiado. Hace cien o más años atrás había un profesor con una tiza dando clases a un grupo de estudiantes sentados que lo miraban, y en muchos aspectos recién hoy está empezando a cambiar. El cambio se aceleró después de la pandemia en función de todos los adelantos tecnológicos. Por un tema de edad, a los docentes nos cuesta adaptarnos, no estamos formados para este nuevo mundo. Va a haber una nueva generación de docentes mucho más formada que nosotros. Los alumnos tienen un acercamiento a las nuevas tecnologías en general mucho más avanzado que el de nosotros, los docentes. Es la realidad, no solo en Argentina, sino en el mundo.

P: Se suele plantear que el capital humano argentino es muy valorado. ¿A qué se debe esta calidad diferencial respecto de otros países de la región, por ejemplo?
R: Yo creo que es una fantasía de nuestro imaginario, que trata de negar la realidad. El capital humano de la Argentina se está deteriorando año a año y no somos líderes en educación en Latinoamérica desde hace mucho. Los resultados de los exámenes PISA, aun antes de la pandemia, muestran que Argentina muchas veces está en la cola en la región. Asumir que nuestro capital humano es el mejor es una foto de lo que muchas veces somos los argentinos, deberíamos ser bastante menos soberbios. Creo que hay muy buenos profesionales por su esfuerzo personal, pero como un todo la educación argentina está en una durísima crisis desde hace años. La política seguida durante la pandemia ha generado un costo notable, más allá de la deserción. Estoy seguro de que los resultados de los exámenes PISA tomados a fines del 2022 van a mostrar que estamos lejos de ser líderes en Latinoamérica en lo que uno llamaría la Economía del Conocimiento. Soy muy negativo al respecto.

P: ¿Cuáles considera que son las principales problemáticas del sistema educativo argentino, desde el nivel primario al nivel universitario?
R: Las mayores problemáticas se dan a nivel primario y secundario, hace falta una participación mucho mayor de los padres para poder decidir qué es lo mejor para sus hijos. Está probado que para la educación argentina el rol de los padres es esencial. Lo hemos visto en pandemia, si no hubiese sido por las agrupaciones de madres fundamentalmente se habría retornado a la presencialidad muchísimo más tarde, con el costo que eso generaba. Para nuestra realidad, viendo los paros docentes, los alumnos que pasan de un año a otro porque se eliminan las previas, los que se gradúan al final del secundario que no pueden entender lo que leen, la deserción, tengo una propuesta. Financiar la demanda, dándoles a los papás una cuenta de ahorro para fines educativos que estén obligados a utilizarla nada más que para la educación de sus chicos en colegios primarios o secundarios. Eso garantizaría una mayor igualdad de oportunidades y un mayor control de los padres. Creo que esa es la única solución para enfrentar la crisis que hoy sufre el sistema educativo argentino.

P: ¿Qué opina de la normativa educativa vigente?
R: Hay modificaciones legales por hacer, que ayudarían a mejorar significativamente las posibilidades de los chicos de las familias más desfavorecidas. Primero, declarar a la educación un servicio público esencial y así regular el derecho de huelga de la actividad. Si los chicos no tienen clases, no tienen posibilidad de aprender. Hay casos muy obvios como lo que sucedió en la provincia de Santa Cruz. Segundo, el famoso artículo 97 de la ley nacional de educación que prohíbe dar a conocer a los papás la información de las evaluaciones que se realizan en los colegios, tipo pruebas Aprender. Si los papás no pueden saber el real nivel que tienen sus chicos en el colegio, mal podrán demandar una mejor educación. No hay razón alguna para que se tenga bajo siete llaves el resultado de las evaluaciones.

P: ¿Cuán importante es la extensión de la jornada escolar?
R: Es esencial, cuatro horas de escolaridad es muy poco. Es hacia donde debe ir necesariamente la educación argentina. Hay demasiadas temáticas para trabajar y el chico está mucho mejor en el colegio que en la casa.