Un corte al financiamiento de la corrida
OPINIÓN. La tasa efectiva está compensando a la inflación esperada. La evolución de las variables y de las expectativas dependerá del reordenamiento de las cuentas públicas. Pero, sin un plan específico y bien delimitado en lo fiscal y sin una brecha más acotada, seguirá siendo complejo el anclaje.
Antes de la llegada de la nueva gestión en Economía, se envió una señal relevante para frenar la corrida cambiaria. O dejar de financiarla, al convalidar una fuerte suba de las tasas de interés del Tesoro para así reconstituir el financiamiento de la deuda en pesos y al ajustar el BCRA la tasa de interés de la política monetaria y de plazos fijos, para desincentivar la corrida al dólar.
El impacto será también un encarecimiento del crédito, para consumo (personales, tarjetas de crédito) y para las empresas. Lo que obviamente repercutirá sobre el nivel de actividad. Aunque en lo inmediato permite desandar el financiamiento de la corrida cambiaria con pesos “baratos”.
El BCRA, atrapado en un juego donde le faltan reservas netas y no quiere devaluar
El nuevo parche es el llamado “dólar soja”. Es decir, un incentivo a los exportadores de la oleagiona para que liquiden más rápidamente los dólares en el mercado de cambios. La medida lo que permite es acceder al “dólar ahorro” por el 30% de las liquidaciones de divisas y con el 70% restante podrán hacer un depósito bancario atado a la evolución del dólar oficial. Incentivo que, por otra parte, luce discreto, ya que en los números tiene un incremento del 11,5% (de $87 a $97) en los pesos que reciben por cada dólar liquidado.
Desde el BCRA, se estima que tras la medida se podría obtener una liquidación extra por US$ 2500 millones. Con ello, conseguir un “respiro” hasta septiembre, cuando empiezan a caer las importaciones de energía. Vale señalar que el depósito dólar linked ya existía y no tenía demanda por parte de los sojeros.
La alternativa habitual para incentivar a los exportadores a liquidar sus divisas es la suba de la tasa de interés en pesos por encima de la tasa de devaluación del dólar oficial. Eso fue lo que empezó a alinearse. ¿Cómo? Mediante dos vías:
- Con la suba de la tasa de interés que pagó el Tesoro para refinanciar los vencimientos de julio y conseguir un financiamiento neto adicional de unos $318.000 millones (la tasa nominal anual fue del 70% y la efectiva anual llega al 95%)
- Con la suba de tasas, por otra parte, que dispuso el BCRA. La tasa de política monetaria, la tasa de las Leliqs a 28 días, subió 8 puntos (de 52 a 60%). Así, la tasa efectiva anual llega al 79,8%. La tasa mínima para los depósitos menores a $10 millones a 30 días pasó de 53 a 61%, lo que significa una TEA de 81,3%. Para el resto de los depósitos, la tasa mínima es del 54% y la TEA del 69,6%
La suba de tasas confirma que el BCRA tiene datos sobre la inflación de julio (que serán elevados). Si bien ahora la tasa de interés de los depósitos (5,1% mensual) sigue corriendo por debajo de la inflación mensual, se alinea con el piso de la inflación proyectada en los próximos 12 meses. A la par que empieza a alinearse también con la tasa de devaluación mensual del tipo de cambio oficial. El crawling peg del BCRA, en julio, ya corre al 5,3% mensual (85% anual).
En junio, el mercado le bajó el pulgar a la nueva administración y comenzó la salida de los fondos de inversión de los bonos que ajustan por inflación. Esto obligó al BCRA a tener que emitir más de $1,1 billones (desde el 13/6) para evitar una caída mayor en los bonos CER. Lo preocupante es la renovación de la deuda en pesos y esto conforma uno de los pilares fundamentales del financiamiento actual. La primera licitación de la gestión Batakis (13/7) fue positiva. El Tesoro obtuvo $122.607 millones (con vencimientos por $8851 millones) y descomprimió el stock de vencimientos, que ascendía a $482.000 millones.
Recientemente, el Tesoro consiguió $515.000 millones en el mercado local en la última licitación de deuda en pesos de julio. Se desprende de la Secretaria de Finanzas que, del financiamiento obtenido, el 64% fue por instrumentos ajustables por CER, el 29% mediante bonos a tasa fija en pesos y el 7% restante fueron colocaciones en instrumentos vinculados al dólar. El financiamiento neto positivo de julio totalizó $318.200 millones (o un equivalente a 0,4% del PBI).
Una de las claves de esta colocación de deuda fue la suba en la tasa de interés que se disparó al 70% y arriba del 90% de tasa efectiva anual. En junio, el promedio de la tasa de interés efectiva anual era de 69,7% y el promedio de las colocaciones entre enero de 2021 y mayo de 2022 fue de 56,2% anual. En pocas palabras, la tasa efectiva está compensando a la inflación esperada.
En resumen, la evolución de las variables y de las expectativas dependerá de la sustancia que tenga el reordenamiento de las cuentas públicas y de los incentivos que haya a exportar y, por ende, captar reservas. Sin un plan específico y bien delimitado en lo fiscal y sin una brecha más acotada, seguirá siendo complejo el anclaje.