Por qué no hace falta decidir qué carrera hacer antes de entrar a la universidad
OPINIÓN. Columnista invitado (*) | Un sistema aplicado en universidades de los EE.UU. propone programas de cuatro años de duración donde no hace falta definirse de antemano por ninguna carrera: primero, hay un tramo de formación general de alrededor de dos años que es común a todos los estudiantes.
Una experiencia común de los adolescentes que a los 17 o 18 años terminan el secundario es sentir la necesidad de tener que definirse en forma perentoria por una carrera universitaria.
Algunos chicos tienen una vocación clara, pero otros no están seguros del camino a seguir y les vendría bien un poco más de tiempo para pensar bien qué hacer.
Lo que obliga a definirse al inicio del proceso universitario por el camino a seguir es la estructura tradicional de las carreras de la Argentina e Iberoamérica. Este hecho se refleja en que los adolescentes piensan en su decisión no como la de ir a la universidad sino como la de ir a una facultad de, por caso, Derecho, Medicina, Ingeniería o Ciencias Económicas. Incluso el Ciclo Básico Común de la UBA, que es un intento integrador, tiene materias que difieren no solo según la facultad sino incluso la carrera que se elija, por lo que en definitiva uno está haciendo desde el vamos el ingreso a una carrera específica.
El bachillerato universitario
El concepto del bachillerato universitario, común en las universidades en los Estados Unidos, es diferente: son programas de cuatro años de duración donde no hace falta definirse de antemano por ninguna carrera ya que primero hay un tramo de formación general de alrededor de dos años que es común a todos los estudiantes. Esto se refleja en que los estudiantes no ingresan a una facultad, sino que ingresan a un college de artes liberales y ciencias que agrupa a todas las materias que la universidad ofrece en las áreas de Humanidades, Ciencias Sociales y Ciencias Exactas y Naturales.
Luego del tramo de formación general, que prepara a los estudiantes en las disciplinas literarias, matemáticas y empíricas fundamentales, el BA cierra con cursos electivos divididos en un tramo de formación específica y otro de formación libre, ambos de alrededor de un año de duración. Esto coloca a los estudiantes en el centro de su propio proceso formativo: si bien hay ciertas habilidades básicas que son importantes para todos en el mundo tecnológico actual, no hay un programa de estudio ideal que sea igual para todos ya que cada persona es única y tiene intereses y talentos intransferibles.
El tramo de formación específica constituye el major. Puede ser en áreas de estudios amplias, a saber,
- Humanidades
- Ciencias Sociales
- Ciencias exactas y naturales
Puede ser en una disciplina única como, por ejemplo,
- Historia
- Relaciones Internacionales
- Matemáticas
O puede ser en campos interdisciplinarios tales como el de Filosofía, Política y Derecho o el de Medio Ambiente y Recursos Naturales.
Un major puede ser atractivo para estudiantes que quieren hacer un posgrado porque tienen como base una formación general más amplia y sólida que si solo hacen esa carrera profesional en grado. Además, en el tramo de formación libre pueden combinar el major con cursos focalizados en otras áreas de estudios en formas que son únicas y originales.
Por ejemplo, pueden combinar un major en Economía con un major en Matemáticas, o un major en Relaciones Internacionales con un major en Medio Ambiente y Recursos Naturales.
Un major también se puede combinar con dos minors, donde cada minor cubre los cursos básicos de un campo dado, por ejemplo, un major en Administración con minors en Ciencia de la Ccomputación y en Negocios Digitales.
La versatilidad del BA facilita que los estudiantes construyan su camino único en la vida. Esta decisión no necesita ser apresurada. Puede ser algo bien meditado.
(*) Jorge M. Streb es director del BA, Universidad del CEMA