La macroeconomía no garantiza que la relativa estabilidad de estos días pueda sostenerse
OPINIÓN. El nivel de reservas netas, los desequilibrios en materia fiscal y monetaria y una inflación por encima del 100% anual no permiten ser optimistas.
En abril, según el ministerio de Economía, la recaudación tributaria llegó a los $2.551.551,4 millones. Es decir, tuvo una suba del 90,2% respecto de igual mes del año pasado, lo que se encuentra por debajo de los números de inflación interanual de los últimos meses.
La recaudación cayó en términos reales y se vio afectada por la sequía. Los derechos de exportación mostraron una caída nominal del 48% respecto al monto de abril de 2022. Por su parte, los derechos de importación presentaron un aumento del 61,1%.
El intercambio comercial con Brasil y las tasas en EE.UU.
Asimismo, en comercio exterior, las estadísticas del ministerio de Industria, Comercio Exterior y Servicios de Brasil y la Cámara Argentina de Comercio mostraron que en abril hubo un aumento del déficit comercial entre ambos países, alcanzando los u$s776 millones.
Las exportaciones argentinas disminuyeron en un 13,6% y las importaciones aumentaron en un 31%. La disminución interanual en las exportaciones hacia Brasil se debió principalmente a la baja en la venta de vehículos y cereales. En contraste, el aumento interanual en las importaciones se debió a la compra de soja para molienda, tubos y secciones huecas de hierro o acero, vehículos y partes de automóviles, y mineral de hierro.
En relación con el plano internacional, la suba de tasas de la Fed estuvo en el foco. Llevándola al rango 5,00% – 5,25%, se alcanzó el nivel más alto desde 2007. Si bien se dejó entrever que sería la última y el mercado pronostica que además comenzará a reducirlas a partir de septiembre, parecería algo bastante optimista.
Esta vez, hubo una diferencia y es que el rango actual coincide con las proyecciones que publicó la propia Fed en marzo. La quiebra del Silicon Valley encendió luces de alarma. Los principales indicadores no parecen sugerir un relajamiento monetario.
En tanto, las proyecciones de la Fed como las de los principales indicadores sugieren que el ciclo de subas habría terminado, pero recién en 2024 comenzaría la reducción de tasas. En caso de que el mercado no vaya corrigiendo sus proyecciones, puede haber un repricing en los activos financieros.
El dólar y la brecha cambiaria
En el plano local, la cotización de los dólares alternativos y la brecha cambiaria se mantuvieron relativamente estables. En parte, la corrida había comenzado a ceder tras la suba de tasas del BCRA, la intervención en el mercado secundario por parte de los organismos públicos y la aceleración del crawling-peg (convalidando una mayor nominalidad).
A pesar de ello, el nivel de reservas netas, los desequilibrios en materia fiscal y monetaria y una inflación por encima del 100% anual no permiten ser optimistas. Ninguno de los fundamentos macro garantiza que la relativa estabilidad se sostenga.
Además, se le sumó la Resolución General 959/2023 de la Comisión Nacional de Valores, que introdujo nuevos límites en la operatoria de dólares financieros para quienes mantengan posiciones tomadoras en cauciones y/o pases con liquidación en moneda extranjera MEP o CCL.
Los resultados del dólar soja 3 siguen estando por debajo de la expectativa. El impacto de la sequía, la disparada de los dólares alternativos y un precio no tentador para el productor no ayudan. Y las perspectivas hacia adelante tampoco son favorables. La sequía seguirá golpeando a la oferta de divisas y se buscará:
- Conseguir financiamiento de organismos internacionales
- Utilizar el swap con China para el comercio bilateral
- Implementar algún mecanismo similar con Brasil
En resumen, nada indica que esta calma vaya a persistir con la situación en materia de reservas, los desbalances fiscales y monetarios acumulados y una inflación corriendo muy por encima del 100% anual.