Con lo micro dejando de funcionar, la situación macroeconómica no permite ser muy optimista

Autor
Federico Vacalebre
Medio
TN
Mes/Año
17 de septiembre de 2023

La actividad ya muestra signos de agotamiento. Para julio, se restringieron la industria y la construcción. Esto posiblemente haya sido la quinta caída mensual consecutiva a nivel general.

Es poco probable que agosto mejore. Se le añadió más volatilidad pre y posPASO con devaluación, corrida cambiaria, endurecimiento del cepo e inflación de dos dígitos. Con todo este escenario, se lanzó un plan estímulo para compensar el golpe devaluatorio.

Según el INDEC, la industria se redujo 1,2% mensual en julio. Así, acumula tres meses consecutivos de caída, en términos desestacionalizados. Algo que no sucedía desde el segundo semestre del año pasado. También, la actividad manufacturera se derrumbó 3,9% interanual (la mayor caída anual desde noviembre 2019, sin incluir la pandemia). Solo dos de los nueve sectores relevados crecieron frente a igual mes de 2022.

Inestabilidad macroeconómica

La performance manifiesta durante el primer cuatrimestre le permite aún estar en un nivel relativamente alto, y acumular un leve crecimiento en 2023. El comportamiento de la industria es una señal de la inestabilidad macroeconómica y la discrecionalidad de la política cambiaria. En efecto, durante el último trimestre hubo un importante ajuste importador, que muestra en parte el enfriamiento del sector.

Considerando la misma fuente, vemos que la construcción reveló una leve recuperación en el margen y creció 1,1% mensual en julio. Cortando una racha de dos meses consecutivos de caídas en términos desestacionalizados. No obstante, se contrajo 5,8% anual, y en lo que va de 2023 acumula una baja de 2,8% contra igual período de 2022.

La minería, por otro lado, volvió a crecer en julio (+0,6%), expandiéndose 10,3%. En pocas palabras, el sector minero acumula una suba de 10,9% en 2023. A excepción de “Minerales metalíferos” (-10,1%), el resto de las divisiones crece en relación con enero-julio 2022.

En resumen, los indicadores adelantan que la economía puede volver a caer durante el séptimo mes del año (quinta contracción consecutiva en términos desestacionalizados). En un contexto de volatilidad, devaluación, corrida cambiaria, endurecimiento del cepo e inflación de dos dígitos, se encuadra un programa estímulo, que no solo busca aliviar el impacto de la devaluación, y capturar votos de cara a octubre, sino también sostener una actividad que se bambolea.

Pese a que un repunte en el consumo podría moderar la contracción, la situación macroeconómica (alta inflación, creciente incertidumbre, falta de confianza, reservas netas negativas) no permite ser muy optimista.