La letra chica del ajuste
OPINIÓN. Una cosa es la teoría y otra la práctica. Hasta el momento, las variables financieras y cambiarias no mostraron una mejora significativa. El nivel de incertidumbre es muy elevado y el mercado necesita ver para creer.
Con el arribo de la nueva gestión en Hacienda, se anunció un set de medidas para calmar a los mercados en medio de la crisis, donde se remarcó la necesidad de equilibrar las cuentas fiscales y se ratificaron las metas del acuerdo con el FMI (2,5% de déficit fiscal primario). Para lograr ese objetivo, se anunció que se congela la incorporación de empleados a la planta estatal y la disponibilidad del formulario de la segmentación tarifaria. Con un aparente consentimiento de todo el oficialismo, las dudas recaen en qué pasará internamente una vez que se ponga en marcha la letra chica de las medidas.
En el plano, cambiario y monetario, se manifestó que el dólar oficial está en un nivel de “equilibrio” y se descartó una devaluación. Y la única medida que se anticipó fue que las tasas de intereses en pesos subirán (una de las exigencias del acuerdo con el FMI eran que las tasas de interés reales sean positivas). Pero adentrándonos un poco más en la regla fiscal establecida vemos que:
- No se gastará más de los que ingresa de caja y todos los movimientos pasarán por el control del ministerio de Economía
- No habrá pago que realice el Tesoro Nacional que no pase por su autorización
- Las cuotas presupuestarias mensuales que el ministerio de Economía otorga van a ser acordes con la proyección de la “caja real”
Se entiende que a partir de la implementación, aquellos ministerios que tenían partidas subejecutadas en la primera mitad del año no podrán hacerse de esos recursos en el segundo semestre. Tomando el presupuesto 2022 vigente y los números de ejecución presupuestaria informados por la Oficina de Presupuesto del Congreso de la Nación, las partidas de “Gastos de Capital” (obra pública) son las que muestran un nivel de subejecución importante.
En los primeros 5 meses de 2022, se habían ejecutado casi $400.000 millones sobre los $1,5 billones que tienen presupuestado para todo el 2022. De aplicarse este control de caja, es factible que el fisco se ahorre unos $240.000 millones en 2022 por recortes en obra pública. Si a esto le sumamos el resto de las partidas del gasto que no se indexan, como Gastos de Funcionamiento, Transferencias a Provincias y Transferencias a Universidades (excluyendo Prestaciones Sociales) y están por debajo del nivel de ejecución teórico en los primeros 5 meses del año, el ahorro fiscal podría ser cercano a los $440.000 millones.
Unificación de las cuentas del Estado
Otra cuestión a observar es que se modificará la Ley de Administración Financiera, en su artículo 8, y esto implicará la unificación de las cuentas del Estado. Así, se podría controlar el excedente de caja de organismos/entes públicos y empresas públicas que actualmente son superavitarios (PAMI y diversos fondos fiduciarios, como parte de los recursos disponibles para cumplir con las metas fiscales).
Considerando los datos del ministerio de Economía, en 2021, la ejecución presupuestaria de fondos fiduciarios y entes públicos tuvo un superávit (resultado financiero positivo) cercano a los $780.000 millones. Los fondos fiduciarios (que incluyen al Fondo de Garantías Argentino -FOGAR-,Fondo Nacional de Desarrollo Productivo -FONDEP- y al Fondo de Pro.cre.ar, entre otros) tuvieron un resultado financiero positivo de $664.000 millones en 2021.
Por su parte, los entes públicos (incluyendo al ex PAMI) tuvieron un superávit de $113.200 millones. Son estos recursos los que podrían ser utilizados para reducir contablemente la “brecha fiscal” y así, poder cumplir las metas con el FMI. El Fondo exige que el gasto público real caiga alrededor de 8% en la segunda parte del año, para compensar la expansión de 12% en términos reales durante el primer semestre.
En síntesis, una cosa es la teoría y otra la práctica, donde tendremos que ver si el “ajuste” cuenta con el respaldo político de todo el oficialismo y cómo es la dinámica que se abrirá con ministros, gobernadores, gremios estatales y dirigentes sociales. Si bien las medidas van en la dirección que esperaba el mercado, especialmente por el sesgo fiscalista, las variables financieras y cambiarias no mostraron una mejora significativa. El nivel de incertidumbre es muy elevado y el mercado necesita “ver para creer”.