Bajó la inflación: ¿cambio de tendencia o efecto estacional?
Según el IPC INDEC, los precios subieron un 4,9% en noviembre (contra el 6,2% y el 6,3% de septiembre y octubre, respectivamente). Este es el registro más bajo desde el 4,7% de febrero.
El INDEC dio a conocer los datos sobre el avance del nivel de actividad del tercer trimestre del año. El PBI creció 1,7% respecto al trimestre anterior, mientras que el incremento interanual fue del 5,9%. Respecto a los componentes de la demanda, el incremento contra trimestre anterior en el consumo privado fue del 1,4%, y se destaca la fuerte caída en exportaciones del 3,7%. En el Relevamiento de Expectativas de Mercado del BCRA, se pronostica que en el cuarto trimestre del año la actividad se desacelere, y que caiga aproximadamente un 1% respecto a este periodo.
Por su parte, el IPI manufacturero retrocedió un 1,1% en octubre. A pesar de ello, la actividad manufacturera está un 3,5% por encima del nivel de octubre 2021 y el nivel acumulado del 2022 es un 5,7% superior al del mismo período del 2021. Respecto de la construcción, en octubre, el ISAC retrocedió un 3,5% y 0,9% interanual. Aunque, el acumulado anual del 2022 es un 5,5% superior al de los primeros 10 meses del 2021.
Por otra parte, días atrás obtuvimos los datos del balance cambiario de octubre, donde la cuenta corriente fue deficitaria en el mes por u$s664 millones. Pero, en los últimos doce meses, arrastra un superávit de u$s1.995 millones. Las exportaciones se contrajeron un 59%, respecto de septiembre. Dinámica esperable por la performance de las liquidaciones del agro tras el dólar soja I y por la propia estacionalidad del mes. En los últimos doce meses, las exportaciones ascienden a u$s96.754 millones. Y, las importaciones sufrieron un fuerte retroceso en el décimo mes del año (-22,2%), principalmente producto del cambio de régimen importador (SIMI a SIRA).
No obstante, el dato relevante de los últimos días fue la inflación mensual que registró un pronunciado descenso en noviembre. Según el IPC INDEC, los precios avanzaron un 4,9% mensual (vs. 6,2% y 6,3% en septiembre y octubre, respectivamente), siendo este el registro más bajo desde el 4,7% de febrero. La inflación núcleo, asimismo, se ubicó apenas por debajo del nivel general (4,8%). En este año, el nivel general de precios acumula un alza del 85,3% (81,1%, la núcleo), mientras que en los últimos 12 meses dicha cifra asciende a 92,4% para el nivel general y 89,1%, la núcleo. El mayor incremento de precios se registró, durante noviembre, en Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles, con un alza mensual del 8,7%, producto de las subas en los servicios de electricidad y gas a raíz de la segmentación de tarifas. También incidieron las tarifas de agua por segmentación específicamente en GBA. Al margen, en el mes se destacaron las subas en las tarifas de telefonía e internet, lo cual impactó en el rubro de Comunicaciones (+6,4%), y las subas de los precios de los cigarrillos, que impactaron en el rubro de Bebidas alcohólicas y tabaco (+6,3%).
¿A qué se debió este cambio en el régimen inflacionario? Primeramente, los bienes y servicios cuyos precios tienen un elevado componente estacional jugaron a favor. Esto se combinó también con un muy bajo avance del precio de carnes, aceites, grasas y mantecas. Este comportamiento de los estacionales fue opuesto al de meses anteriores.
En 2022, la macroeconomía atravesó un cambio del régimen de nominalidad. Esto fue consecuencia de un empeoramiento de los fundamentos, la aceleración inflacionaria también se caracterizó por tener un elevado componente estacional. Diferente fue el salto inflacionario del 18/19, traccionado por corrección de precios regulados de tarifas de energía y servicios públicos. Cabe destacar, que la desaceleración de la inflación se dio a pesar de que la categoría regulados mostró una aceleración. Mientras que los estacionales avanzaron un 4,1% en noviembre (contra el 8,4% promedio mensual los seis meses previos), los regulados corrieron al 6,2% en noviembre (vs. 5,7% promedio mensual los seis meses anteriores). Los estacionales aumentan un 132,1% en los últimos 12 meses y los regulados corren al 79,7%, casi 10 puntos porcentuales por debajo de la inflación núcleo (89,1%). Es muy complejo pronosticar la dinámica de los precios con elevado componente estacional. No obstante lo cual, posiblemente la misma se contrarreste con el necesario catch-up que tengan que realizar los regulados que todavía corren casi 10 puntos por detrás de la inflación núcleo.
En segundo lugar, comenzó a regir el programa “Precios Justos”, que puso un techo de 4% de suba mensual para productos que se venden en los supermercados. También se avanzó con un nuevo programa de precios con proveedores de insumos para el envasado, como cartón, vidrio, aluminio y productos químicos.
El desafío está en poder sostener la estructura de costos, caso contrario no es sostenible en el tiempo. El congelamiento de precios tuvo el mismo efecto de siempre, una baja de la velocidad a la cual corren dichos precios en el mes inicial. No obstante, estas medidas son transitorias si es que no acompañan a las políticas macroeconómicas que verdaderamente inciden en el fenómeno inflacionario: la dinámica fiscal, monetaria y el canal de indexación-expectativas. A pesar de esto, cabe mencionar que, de momento, se muestra una cierta prudencia en el plano monetario-fiscal. Todos los agregados monetarios corren por muy por detrás de la inflación (-20,3% real el M1 en noviembre, -17,0% real el M2 y -6,9% real el M3). Incluso, la base monetaria “amplia” (incluye los pasivos remunerados del BCRA) a noviembre también corría un 6,4% real, por detrás de la inflación. Esta dinámica podrá verse agravada por el dólar soja, que implicará una expansión del 10% al 12% de la base monetaria de noviembre. Posiblemente, liquidez que sea esterilizada y se traduzca en un mayor costo cuasifiscal.
En resumen, noviembre sorprendió, ayudado por los precios estacionales y por el congelamiento de precios, pero que, no obstante, se sostuvo a pesar del incremento de precios regulados. Lo que esto no cambia el escenario, es decir, una inflación del orden del 100% para el 2023. Lo esencial de aquí en más será que las medidas llevadas a cabo se complementen con la cierta prudencia monetaria-fiscal.