Hay equipo, pero faltan dólares: los caminos para evitar una devaluación oficial o de mercado
OPINIÓN. Más allá de la designación de Gabriel Rubinstein como viceministro de Economía, no existe más tiempo que perder: el éxito de la gestión estará dada por la acumulación de divisas en el BCRA.
Finalmente, llegó Gabriel Rubinstein a la Secretaria de Programación Macroeconómica y esto es una señal positiva para el mercado, ya que aporta un sesgo de mayor racionalidad económica (para un momento de mucha incertidumbre). Más allá de eso, no existe más tiempo que perder porque el éxito de la gestión estará dada por la acumulación de dólares en el BCRA. Sin dólares, no hay como estabilizar el tipo de cambio y el escenario de una eventual espiralización de la crisis aumenta sus probabilidades de ocurrencia.
Actualmente, las reservas netas del BCRA (descontando el swap Chino, encajes de depósitos en dólares, préstamos del FMI y préstamos de Banco de Basilea) están en el orden de los u$s1.340 millones. De restarle la tenencia de oro, se vuelven negativas en u$s2.230 millones aproximadamente. A pesar de 9 días consecutivos de compras de dólares por u$s282 millones en el BCRA (u$s140 millones fueron el 22/8, por una baja en las importaciones de combustibles, pero también por una liquidación excepcional de las cerealeras de u$s240 millones), hasta ahora recompró el 13% de lo vendido entre el 1/7 y el 9/8. Es decir, con este ritmo tardaría 60 días hábiles para volver al nivel de acumulación de reservas previa a la salida de Guzmán del ministerio de Economía.
La foto de las reservas no es buena
Hay un punto fundamental que es la dinámica del mercado de cambios (para las próximas semanas y meses). La estacionalidad claramente juega en contra del objetivo de acumular reservas en el último cuatrimestre. En los años que hubo cepo cambiario, el BCRA, en el último cuatrimestre, vendió reservas por encima de los u$s2.000 millones (como ocurrió en el 2013, 2015, 2020 y 2021). O acumuló marginalmente dólares. En 2012, u$s1.380 millones y en 2014 (post devaluación de enero) u$s515 millones.
Aun volviendo a un escenario como el de 2012, en términos de acumulación de dólares, estaríamos lejos de cumplir con lo fijado en el acuerdo con el FMI. Según el acuerdo, la meta de acumulación de reservas netas es de u$s6.425 millones. Hoy estamos u$s5.000 millones abajo y la meta anual a diciembre es de u$s8.125 millones (casi u$s7.000 millones abajo). En pocas palabras, cada vez es mayor la probabilidad de que se tenga que solicitar un “waiver” (perdón) con el FMI para evitar un incumplimiento.
Desde el BCRA, se espera que con la baja en los pagos de importaciones de energía, a partir de septiembre, el mercado cambiario tendría una reducción de demanda de dólares y se podría revertir la sangría de divisas. No obstante, la baja en la demanda de dólares para pagos de importaciones de energía coincide con la baja estacional de la liquidación de agrodólares. Es un juego de suma cero o que se torna negativo. Por ello, es clave que en las próximas semanas la acumulación de reservas acelere, ya que sin dólares para hacer frente a una corrida y con la confianza en mínimos, no hay muchas alternativas. Se devalúa oficialmente (devaluación administrada) o devalúa el mercado (devaluación desordenada) o el equipo económico ensaya una solución parcial con un desdoblamiento en el mercado de cambios.
Para mantener el esquema actual y evitar una devaluación, es necesario que los dólares genuinos se liquiden y aporten una mayor oferta en el mercado de cambios. El maquillaje de reservas con operaciones Repo con bancos o artilugios contables para mostrar un incremento en las reservas internacionales no soluciona el problema.
Un instrumento parcial entre corregir vía precio y vía cantidades (cupos) para el agro, es el “dólar soja”. El esquema de 70/30 para productores, que permite mantener el 70% de lo liquidado en un depósito a la vista “pegado” al dólar oficial y adquirir divisas al precio del dólar solidario por el 30% restante. Esto no fue suficiente para que se incrementara la oferta de dólares. Es probable que se tenga que ofrecer algún incentivo adicional para destrabar el mercado.