La falta de incentivos dificulta el ingreso de dólares

Autor
Federico Vacalebre
Medio
TN
Mes/Año
31 de julio de 2022

OPINIÓN. Las impericias locales se combinan con un frente externo cada vez más adverso, con una inflación mundial considerable y dando lugar a políticas contractivas más agresivas por parte de las principales entidades monetarias del mundo.

Durante mayo, el informe del INDEC mostró que la actividad económica se mantuvo estancada respecto a abril, ya que apenas avanzó un 0,3% mensualmente. De esta manera, acumuló un incremento del 6,2% en los primeros cinco meses, en relación con igual lapso de 2021. Mientras que el incremento interanual se ubica en el orden del 7,3%.

El rubro de Hoteles y Restaurantes fue el de mayor incremento interanual (44,3%), debido a la baja base de comparación. No obstante, el sector continúa un 27% por debajo de sus niveles registrados en 2019. Si lo comparamos contra mayo de 2019, crecen 8 de los 15 sectores, siendo agro, construcción, hoteles y restaurantes, transportes y comunicaciones, intermediación financiera, salud y otras actividades de servicios los sectores que en el mes de mayo no han recuperado los niveles previos a la pandemia.

Con respecto a los datos del sector turístico, el INDEC estimó que, en mayo de 2022, los pernoctes en hoteles alcanzaron los 2,74 millones aproximadamente, lo que implicó un incremento de 311% respecto al mismo mes de 2021. Resultaría esperable que por la competitividad del tipo de cambio y la reapertura de las actividades, el turismo receptivo se reactive con mayor potencia.

Qué pasa con los precios y el intercambio comercial

El cálculo de junio reflejó una canasta básica total aumentando un 4,6% respecto a mayo, con un salto interanual del 56,7%. Por su parte, el alza mensual de la canasta básica alimentaria también fue del 4,6%, aunque la suba interanual se ubicó en el 63,7%. De esta forma, una familia necesitó más de $104.000 para no caer debajo de la línea de pobreza.

La dinámica de las canastas es muy preocupante. En lo que va del año, las canastas básicas alimentarias y totales subieron 41% y 37%, respectivamente. Mientras que el aumento del salario mínimo fue mucho menor.

Del lado del intercambio comercial, junio reflejó un escenario de déficit en u$s115 millones (por primera vez desde diciembre de 2020). El flujo de exportaciones fue de 8.432 millones de dólares (con una variación interanual del 20,3% impulsada completamente por la suba de precios internacionales) y el flujo de importaciones alcanzó un máximo histórico (se posicionó en los u$s8.547 millones, con una variación interanual del 44,6%).

Las importaciones de combustible marcaron un récord de u$s1.953 millones, alcanzado una variación interanual del 157% (explicada por la pronunciada suba de precios, 119%) pero también por un considerable incremento en las cantidades (19,6%). Por una cuestión de estacionalidad, la importación de combustibles se mantendrá elevada hasta septiembre.

Parches sobre la economía sin un plan de estabilización real

El foco estuvo puesto en el turismo cuando se elevó la percepción de Ganancias por consumos con tarjeta en el exterior. Con la intención de canalizar los dólares provenientes del turismo receptivo hacia el BCRA, los turistas extranjeros podrán cambiar sus divisas a un tipo de cambio cercano al dólar MEP. Si bien esto es un valor mucho más competitivo que el tipo de cambio oficial, la mayor facilidad para adquirir dólar blue e incluso su precio todavía más atractivo hacen pensar en una medida muy acotada.

Aun si se lograra volcar todo el volumen de dólares en el mercado cambiario formal, la implementación es tardía y ataca solo parte de todo un gran problema que atraviesa el BCRA y su dificultad para acumular divisas.

En los últimos 10 años, el ingreso de divisas provenientes del turismo fue en promedio de u$s1.500 millones anuales. Cifra que se eleva (marginalmente) hasta los u$s1.800 millones de dólares anuales (si se excluyen los atípicos 2020 y 2021).

En el 2022, hasta mayo, el ingreso de dólares por este concepto fue solamente de u$s166 millones. Lo que representa solo una cuarta parte de lo que se podría haber captado de existir un mercado de cambios normalizado.

¿De qué estamos hablando? Que habiendo pasado ya más de la mitad del año, y con un volumen alcanzable limitado (en el mejor de los casos), el impacto de esta medida en el corto plazo no será suficiente para robustecer de manera contundente las reservas del BCRA. De hecho, solamente en lo que va de julio, el BCRA ya ha tenido que desprenderse de un total aproximado de u$s1.000 millones.

Esta política ningún efecto tiene sobre la generación de divisas. Simplemente, trasladaría las brechas desde un mercado a otro (desde el blue al MEP). A todo esto, se suma una restricción adicional sobre la tenencia de Cedears, que serán considerados dentro del límite de u$s100.000 que puede tener cada empresa que accede al MULC. Lejos de ser esto un alivio para el balance del BCRA, implica una nueva traba para las empresas a la hora de alocar el excedente de pesos (que cada vez cuentan con menos opciones por fuera de lo que ofrecen el Tesoro o el BCRA).

La raíz del problema radica mayormente en los incentivos tanto de exportadores como importadores.

Los primeros se ven afectados no solo por el diferencial de tipo de cambio sino también por las retenciones y los últimos aprovechan el dólar subsidiado para adelantar compras en el exterior (lo cual se presenta hoy como la mejor alternativa para manejar los excesos de liquidez ante la falta de instrumentos de inversión que ofrezcan rendimientos reales y no representen una alta exposición al riesgo soberano o de inflación).

Junio arrojó un neto negativo de la balanza comercial (por primera vez en 18 meses) vislumbrando que el viento a favor por los altos precios de los commodities fue superado por los costos de la energía, el encarecimiento de los bienes y el atractivo por demandar bienes del exterior gracias a un dólar oficial atrasado (en el primer semestre el volumen de importaciones es 20% mayor al del mismo período del año pasado). Sin dejar de considerar el gasto en fletes que, con el salto en los precios internacionales mediante, implicó una salida de u$s1.720 millones en los primeros 5 meses del año (más del doble del promedio del mismo período en los últimos 10 años).

Esta falta de dólares, por impericias locales, se combina con un frente externo cada vez más adverso, con una inflación mundial considerable y dando lugar a políticas contractivas más agresivas por parte de las principales entidades monetarias. A la inédita suba de 50 puntos básicos por parte del Banco Central Europeo, se sumó la nueva suba por parte de la Fed, allanando el terreno para una desaceleración de la actividad económica (y commodities que probablemente no retornen a los precios máximos vistos).