La Política Educativa del Avestruz
La educación en nuestro país no pasa por su mejor momento. Las usuales tomas de colegios secundarios; los días de clase perdidos por los habituales paros docentes; las actividades dentro de colegios de agrupaciones políticas; el éxodo de las escuelas públicas hacia instituciones privadas, aún por una franja de la población que dista de gozar de una buena posición económica; el círculo vicioso de la pobreza representado por beneficiarios de planes sociales incapaces de reincorporarse a la sociedad productiva en virtud de su déficit de capital humano, dada su falta de educación; el incremento en la criminalidad, muchas veces a manos de jóvenes que no han concluido su educación obligatoria y que tampoco trabajan; la resistencia de los sindicatos a realizar evaluaciones docentes a nivel nacional que nos permitan conocer las calificaciones de aquellas personas encargadas de educar a nuestros hijos; la indudable pérdida de prestigio de la Escuela Superior de Comercio Carlos Pellegrini y del Colegio Nacional de Buenos Aires; son tan sólo algunos de los síntomas, plagiando a Guillermo Jaim Etcheverry, de una real tragedia educativa.