Reflections on cultural superiority and the just war: a neomodern imperative
Si todas las culturas son moralmente equivalentes, entonces todos los individuos no estamos dotados de los mismos derechos humanos, porque hay culturas que adjudican a algunos hombres más derechos que a otros hombres y mujeres. Si por el contrario todos los individuos poseemos los mismos derechos, entonces todas las culturas no son moralmente equivalentes, porque hay culturas que no reconocen, ni siquiera en principio, la vigencia de esos derechos universales. Las dos afirmaciones son contradictorias y no pueden ser ambas verdaderas.